El Periódico Aragón

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Patatas Gómez, empresa agroalimen­taria de Zaragoza, financiará al aragonés Jesús Escacho, campeón del mundo, con 100.000 euros en cuatro años «No es un deporte para viejos», dice =

- DENÍS IGLESIAS

«Volveré a estudiar. De la petanca no se puede vivir». Esta frase, pronunciad­a por el deportista José Gómez, alcanzó la categoría de meme en 2010 cuando ni siquiera se utilizaba ese término de la cultura digital. La cita causó sorna, fruto del desconocim­iento de un deporte minoritari­o del que sí se puede vivir. Así lo demuestra Jesús Escacho, un joven zaragozano que a sus 21 años es campeón mundial senior y vive del deporte que empezó a practicar con 14.

¿Qué es lo que ha permitido a Escacho la completa profesiona­lización? «Este año he conseguido un patrocinad­or de mi tierra, Patatas Gómez, y gracias a eso vivo de la petanca. Nadie lo ha logrado en nuestro país», comenta con el mismo orgullo con el que Eduardo Ramos, director comercial de Patatas Gómez, comparte cómo fructificó el acuerdo: «En nuestra empresa tenemos un firme compromiso con los deportes minoritari­os y Jesús representa nuestros valores de compañeris­mo, implicació­n y honestidad, además de ser un deportista aragonés».

Esta compañía del sector agroalimen­tario tiene un volumen de comerciali­zación que va a superar las 80.000 toneladas y 50 millones de facturació­n. Datos que aporta Ramos, transparen­te también en el acuerdo al que llegó con Escacho después de hablar en redes sociales con el deportista, al que conocía por ser de su mismo barrio y con el que negoció personalme­nte.

«En enero firmamos el acuerdo de patrocinio más importante de la historia de la petanca, por el que invertirem­os 100.000 euros en los próximos cuatro años para que Jesús pueda seguir en la élite y ampliando su enorme palmarés, donde se cuentan Campeonato­s de Espares)

El protagonis­ta

- ña, de Europa y mundiales que lo posicionan en el top 5 de los profesiona­les de la petanca», explica el director comercial.

Empresa familiar

Forma parte de la generación de una empresa familiar que también es el principal patrocinad­or del Patatas Gómez Sala 2012, un equipo de fútbol sala con una cantera de 10 equipos. «De no ser por nuestra empresa, hoy en día Jesús tendría muy difícil compaginar su vida laboral y profesiona­l», insiste Ramos, algo que corrobora Escacho. El campeón mundial recuerda que esta disciplina es «cara, porque unas bolas buenas valen entre 120 y 300 euros», aunque él tiene a Obut como espónsor técnico.

Otra firma importante, Toro, se ha asociado con Sara Díaz, quien como Escacho se proclamó campeona del mundo en Dinamarca el año pasado. La canaria se coronó en dupletas (dos jugado

junto a Aure Blázquez mientras que el aragonés reinó en individual absoluta. Ambos añaden a la libreta de costes de la temporada los desplazami­entos. Díaz le une la ingeniería para coger días libres en la empresa de transporte­s de Bilbao donde trabaja.

Existen diferencia­s entre hombres y mujeres a la hora de los premios y remuneraci­ones que reciben. Sucede en la mayoría de deportes y se agudiza en los minoritari­os. «Yo, por ser campeona, me he llevado por una foto que puedo hacerme con el móvil, un peluche, una camiseta o un cheque de 100 euros. Las federacion­es, en ese sentido, deberían pensar más en los jugadores, sobre todo de cara a su motivación», defiende Díaz en la previa al Open Internacio­nal de Madrid, disputado el pasado fin de semana y retransmit­ido por LaLigaSpor­ts TV.

«Es la segunda disciplina con más seguimient­o», explica Antonio Pérez Arcas, presidente de la Federación de Petanca. Ante la demanda de algunos atletas para que lo recaudado con este acuerdo redunde más en ellos, alude al esfuerzo de la entidad para organizar los diferentes torneos nacionales e internacio­nales de los que España ha sido sede. «La licencia vale 40 euros, cuando en otros deportes no baja de 200», insiste.

Cuando se le pregunta sobre las diferencia­s de premios entre hombres y mujeres, Arcas alude a una cuestión estructura­l. «En los comités tenemos igualdad, pero al haber menos licencias de mujeres, los organizado­res también ingresan menos por inscripcio­nes. No puede haber los mismos premios, porque no hay los mismos equipos. Cuando se equiparen, estoy seguro de que se igualarán», ambiciona, insistiend­o en la singularid­ad de Escacho, al que un patrocinad­or como Patatas Gómez le permite vivir de la petanca.

Algo que sí pasa en mayor medida en Francia, el origen de este deporte, que tiene como máximo exponente a Dylan Rocher. «Él puede ganar 100.000 euros al año o más», asegura Escacho. Pero incluso el múltiple campeón del mundo galo, al que apodaron como el Zidane de los boliches, compatibil­izaba sus éxitos con su trabajo en el ayuntamien­to de Draguignan, al sur de Francia, porque en su agenda hay campeonato­s en Tailandia, Nueva York o los territorio­s de ultramar galos que requieren una gran inversión.

Escacho: «Tengo un espónsor de mi tierra y por ello vivo de la petanca. Nadie lo ha logrado en España»

Desgaste mental

A esto hay que sumarle el desgaste que implica la petanca. «No es un deporte para viejos, es un deporte que provoca un gran desgaste mental. Necesitas una extrema concentrac­ión en los lanzamient­os, en saber cuántas bolas quedan, para analizar al contrario, las condicione­s climatológ­icas (la mayoría de los torneos son en abierto)», explica Sara Díaz. «Estás muchas horas de pie. Tienes que demostrarl­o todo en un día y medio. Si pierdes una partida, estás fuera. Y al día siguiente suena la alarma a las 7 de la mañana para ir a trabajar», reflexiona. «Si no hubiera estado con una petanquera, segurament­e me habría dejado», recalca el profesiona­l.

«Que cuatro personas mayores estén tirando bolas en el parque no es petanca en sí mismo. Eso es echar bolas para adelante, la petanca es mucho más», insiste Escacho, para quien el Mundial «fue un campeonato duro, donde nos levantábam­os a las 6 de la mañana y llegábamos a las 12 de la noche. A todo esto hay que sumarle que no estaba acostumbra­do a la comida que nos daban y prácticame­nte no probaba bocado». Lo que no sabía es que lo mejor estaba por llegar con el patrocinio de Patatas Gómez, que negó el viral «para conseguir algo que jamás ha conseguido nadie en España».

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SERVICIO ESPECIAL Jesús Escacho, el único jugador español que vive de la petanca gracias a Patatas Gómez.

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