¿Qué ha sido de la política exterior ‘feminista’ de Alemania?
CAnnalena Baerbock llegó al ministerio alemán de Exteriores, quiso presumir de la política exterior «feminista» que se proponía llevar a cabo desde su nuevo puesto. Era difícil saber lo que Baerbock entendía por tal concepto, que sonaba más a propaganda que a otra cosa, y su más bien discutible gestión al frente de ese ministerio parece confirmarlo. La joven ministra alemana ha sido, como su correligionario y vicecanciller Robert Habeck, un azote de la Rusia de Vladímir Putin y la más enérgica defensora del envío continuado de armamento a Ucrania.
Y ello sin importarle lo más mínimo lo que pudieran pensar quienes a su partido, como ella misma reconoció en público para indignación de muchos de sus conciudadanos. Ahora tenemos una prueba más de lo que pretende el cada vez más impopular Gobierno de coalición de verdes, liberales y socialdemócratas que preside el canciller
Olaf Scholz.
Por lo pronto, Baerbock parece haber tirado por la borda sus principios feministas al favorecer, como el resto de sus socios de Gobierno, el envío de armas a la dictadura saudí, que sólo el año pasado aplicó la pena capital a ciento setenta ciudadanos y que limita gravemente la libertad y autonomía de las mujeres. Era política tradicional de Berlín no enviar armamento a países en zonas de conflicto como es el caso de Arabia Saudí, que ha estado embarcada en una guerra sin cuartel contra los hutís del Yemen. Un país que asesinó y descuartizó en su día al periodista crítico Yamal Kashoggi. Nada de eso parece importar de pronto a la ministra de la política exterior «feminista», que, como todo su Gobierno, ha sustituido los «valores» de los que antes tanto se jactaba por simples «intereses» nacionales. Incluso el semanario Der Spiegel se pregunta qué es lo que justifica tan inexplicable como radical cambio de política, que hace que un país que antes era tratado casi como un paria se haya convertido últimamente en socio privilegiado de Alemania. Cuando el pasado otoño, el Gobierno alemán dio luz verde a la entrega a Riad de piezas del Eurofighter, el caza polivalente fabricado por un consorcio de empresas europeas, Baerbock lo justificó diciendo que los ingresos de esas exportaciones servirían para garantizar la prestación de ayudas sociales a la infancia alemana. Y ahora, tanto la ministra feminista como el vicecanciller y titular de Economía Habeck hablan de que esas armas pueden servir también para proteger a Israel, país cuya seguridad forma parte de la razón de Estado alemana. A hipocresía hay pocos que los ganen.