Condenado un joven a 8 años de cárcel por una agresión sexual
Abdel A. G. forzó a una chica a mantener relaciones sin preservativo
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a ocho años de cárcel a Abdel A. G. como autor responsable de un delito de agresión sexual por forzar a una chica a que mantuviera relaciones sexuales con él sin usar preservativo.
Los hechos se remontan a la madrugada del 16 de octubre de 2021, cuando ambos jóvenes continuaron la fiesta con sendos grupos de amigos en un domicilio.
La víctima no tuvo ningún tipo de reparo en explicar que las relaciones fueron consentidas en un primer momento con la condición de que él utilizara protección. Pero todo se truncó cuando sintió dolor en sus partes íntimas y comprobó que Abdel A. G. se había quitado el preservativo. No cesó, continuó ella, pese a que así se lo había reiterado e incluso le obligó a practicarle una felación.
El condenado, de acuerdo a la sentencia, tampoco podrá acercarse a la víctima ni a su domicilio, lugar de trabajo o a cualquier otro lugar en el que ella se encuentre, a menos de 200 metros. Tampoco comunicarse con la joven, por cualquier medio, durante un período de nueve años, de acuerdo a lo dictado.
Además, Abdel A. G. ha sido condenado también a la pena de multa de dos meses, a razón de una cuota diaria de 10 euros y al pago de las costas procesales. Al mismo tiempo, deberá indemnizar a la víctima con 5.000 euros por el daño moral derivado de la agresión sexual sufrida y con otros 200 euros por las lesiones.
El ministerio fiscal solicitaba una pena de ocho años de cárcel, la acusación particular a cargo de Laura Vela eleva la pena privativa de libertad hasta los diez años.
Durante el juicio, la prueba pericial a cargo de los profesionales del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) reveló que la chica presenta una sintomatología «compatible» con un cuadro de estrés postraumático basado en «mucho malestar psicológico» y «dificultad para conciliar el sueño y mantener relaciones sexuales». Estos síntomas disociativos afectaron a su adaptación en los ámbitos social, familiar, de ocio, laboral y personal, así como un malestar emocional y psicológico que precisó de tratamiento especializado.