Teatro de Medianoche, 40 años de pasión por los títeres
La compañía aragonesa celebra su aniversario este fin de semana en Arbolé ▶
Teatro de Medianoche lleva 40 años viviendo en el mágico universo de los títeres. La compañía aragonesa, fundada en 1984 por Domingo Castillo y Araceli Gil, es pionera del teatro de sombras en España con una apuesta totalmente artesanal. De hecho, los personajes de sus más de 20 espectáculos los han diseñado y construido con sus propias manos. La compañía zaragozana ha decidido celebrar sus cuatro décadas de pasión por el teatro este fin de semana en Arbolé con la representación de El pirata que quiso capturar la luna, uno de sus espectáculos más conocidos. Además, el teatro del Parque del Agua acoge estos días una exposición fotográfica protagonizada por su títere Oleico.
«La primera vez que vimos unos títeres fue en el taller de Iñaki; poco a poco fuimos acudiendo a sus espectáculos hasta que decidimos dedicarnos a todo este mundo», resumió ayer Domingo Castillo en una rueda de prensa en la que también participó Iñaki Juárez, fundador y director artístico de Arbolé.
Tanto Castillo como Araceli Gil procedían del teatro de actor, pero ese encuentro casual cambió sus vidas para siempre y también los espectáculos creados desde Aragón para público familiar. No en vano, es difícil imaginar este tipo
de teatro en la comunidad sin Medianoche y Arbolé, dos compañías «hermanas». «Fuimos totalmente autodidactas porque en esos años no había cursos de formación ni nada parecido. Lo bueno es que entre los compañeros de profesión compartíamos mucha información», destacó Castillo, que a lo largo de estos 40 años ha empleado diferentes técnicas del teatro de títeres (teatro de sombras, teatro negro, máscaras, títeres de mesa, marionetas de hilo...). «Con el paso de
los años cada vez agradecemos más el tiempo en el taller, porque es allí donde se articula todo y se empieza a dar forma al espectáculo», apuntó.
Lo que no ha cambiado ni un ápice es su pasión por el teatro y por «trasladar nuestra forma de ver el mundo a través de tus personajes». «El títere tiene algo muy especial porque se convierte en metáfora del ser humano pero la distancia y la ingenuidad que genera hace que el espectador vea esa situación
con otros ojos. La exposición que hemos instalado aquí es un buen ejemplo», explicó Castillo. Compuesta por 50 instantáneas y a modo de diario fotográfico, en esta muestra su títere Oleico se va impregnando de las emociones sentidas durante el confinamiento, las celebraciones aplazadas, la añoranza de los seres queridos, las noches de insomnio... «Si hubiéramos hecho fotos a personas reales, el visitante podría haber acabado llorando tras ver la exposición, pero al tratarse de un títere incluso consigue sacarte una sonrisa», explicó Castillo intentando sintetizar la magia que envuelve a las marionetas.
A lo largo de sus 40 años de vida, la compañía ha tenido muy presente el público al que se dirigía –ajustando el ritmo y las narrativas de sus obras a los más pequeños–, pero siempre se ha esforzado por encandilar también a los más mayores con guiños específicos. «A mí me resulta igual de reconfortante y motivador sacarle una sonrisa a un niño que a un adulto», zanjó Castillo. En este sentido, Juárez parafraseó a Juan Ramón Jiménez al asegurar que «el buen teatro es el que también gusta los niños».
Pionera del teatro de sombras en España, la compañía ha instalado también una exposición
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HA RECORRIDO TODA ESPAÑA Entre los más de 20 espectáculos creados en estas cuatro décadas destacan títulos como El pirata que quiso capturar la luna, Los habitantes de los espejos, Sueño de medianoche o Seres uhmonos. Con ellos, la compañía aragonesa ha recorrido toda España y ha llegado también a otros países como México, Suiza, Italia, Portugal o Francia.
Para conmemorar su 40 aniversario, esta compañía 100% familiar ha elegido su obra más emblemática. El pirata que quiso capturarla luna, estrenada en 1986 y actualizada 30 años después, en 2016, se representará este fin de semana en el Teatro Arbolé con tres funciones: sábado a las 18.00 y domingo a las 12.00 y las 17.00 horas. La entrada cuesta 8,50 euros y se puede adquirir en la web de Arbolé o en taquilla desde una hora antes de cada sesión.