El Inaga reconoce un «colapso» por sus 6.500 expedientes sin tramitar
El gerente de la institución medioambiental aragonesa, Luis Simal, compareció ayer por primera vez en las Cortes Aragón pondrá en marcha varias medidas en los próximos meses para agilizar los procesos
«Existe un colapso informático bastante grave». Así de contundente se mostraba ayer el gerente del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), Luis Simal, al referirse a la situación de la institución en la que era su primera comparecencia en las Cortes de Aragón. Unas declaraciones que responden a un retraso de 6.500 expedientes sin tramitar, la mitad fuera de plazo, de los 13.000 que tiene capacidad el Inaga para gestionar anualmente, que proceden de «expedientes históricos acumulados» y que provocan que «limiten la entrada de nuevos expedientes en cada curso».
Esta coyuntura tiene multitud de causas y consecuencias que, combinadas en un mismo tarro, han provocado unos retrasos muy notables. La principal y más evidente de las causas es la poca eficiencia administrativa de la institución medioambiental, donde, tal y como describe Simal, «se siguen picando expedientes de forma manual». «Tenemos que emigrar a una administración electrónica mucho más implantada y moderna», añadió al respecto, ya que «hay mucho trabajo por hacer». A ello se ha sumado, además, que el Inaga ha vivido unos meses de cambio en los que muchos de sus funcionarios han sido sustituidos por otros que ahora deben formarse mientras, a la vez, trabajan. Haciendo un paralelismo con el fútbol, Simal denunció que «hemos jugado en inferioridad de jugadores».
El Inaga jugó un papel clave en la tramitación previa de miles de megavatios en proyectos de energías renovables que desataron una batalla política en las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, con acusaciones de «coladero de expedientes». Hoy, la comisión de investigación recibe a los antecesores del actual equipo del instituto.
Una vez hecho el diagnóstico, la prioridad para la institución, a juicio de su actual gerente, «debe ser la base para tomar las acciones concretas que conduzcan al objetivo», ya que Simal subrayó que, pese a que existen expedientes «complejos,
el grueso de las tramitaciones son mucho más sencillas». En ese sentido, las empresas podrán ahora, gracias a un «tramitador online», realizar los diez procedimientos más simples de una manera mucho más rápida y eficaz, sin dar excesivos e innecesarios rodeos burocráticos.
Y es que el gerente, que lleva seis meses al frente de la institución, ha remarcado que, tras reforzar la plantilla en los últimos tiempos, el 49% del personal del Inaga se dedica a cuestiones puramente administrativas, quedando un 39% especialista en las ejecuciones técnicas y un 12% de directivos, en el que Simal, evidentemente, admite que «se incluye», junto a compañeros como los jefes de área. En este punto, el gerente se detuvo a recordar que el más veterano lleva «desde febrero» y que la última incorporación fue «en marzo». Una serie de factores que han provocado lo que Simal definió como «los meses de más trabajo de mi vida».
En estos momentos, Simal actualizó que, tras la reciente eliminación del área específica para las energías renovables, ahora son tres los grandes campos que quedan en la institución aragonesa: montes, caza y pesca; medio natural y biodiversidad; y medio ambiente industrial y calidad ambiental. También otro epígrafe dedicado a otros trámites como la reclamación de daños no agrarios causados por especies cinegéticas o los trámites de clasificación ambiental de actividades clasificadas.
De esta forma, se van a implementar una serie de herramientas que tienen el objetivo de ayudar a agilizar la situación, empezando precisamente por los expedientes más sencillos, que el «tramitador online» ayudará a dinamizar, como ya se ha citado anteriormente, con procedimientos simplificados que beneficiarán a las empresas. Por último, la tercera herramienta será la mejora de los recursos económicos y humanos. En el primer campo, dice Simal, «aunque el presupuesto sea similar al de años pasados, se puede modificar». Una declaración de intenciones que complemente la idea del Inaga de que este plan pueda ponerse en marcha ya en los próximos dos meses, antes del período estival.
Por sectores, Simal reconoció que el ganadero es uno de los que «más retraso acumula» en los expedientes, con el ejemplo de la contaminación de las aguas, un aspecto en el que, recordó el gerente, «también influye la normativa de la Confederación Hidrográfica del Ebro». En cuanto a las energías renovables, el gerente del Inaga incidió en que su impacto no es muy amplio a nivel cuantitativo, pero sí pueden suponer una mayor problemática a nivel cualitativo, con algunas tramitaciones «muy complejas».