El Periódico Aragón

El 10% de los niños de Aragón padece algún tipo de alergia alimentari­a

La leche materna y el huevo son los alimentos que más reacciones provocan en los menores Los expertos señalan como motivo una predisposi­ción hereditari­a

- JUDIT MACARRO Zaragoza

Las alergias alimentari­as han aumentado en los últimos años en Aragón y, en estos momentos, afectan a alrededor el 10% de los niños que residen en la comunidad. Los pediatras señalan que se trata de un incremento del 6% desde el 2021, cuando el porcentaje todavía rozaba ligerament­e el 4% de los casos detectados.

Esta repentina subida preocupa a los especialis­tas. Gonzalo González, pediatra y alergólogo del hospital Clínico de Zaragoza, asegura que «cada vez es más común que se den casos de hipersensi­bilidad o anafilaxia entre los más pequeños», al tiempo que añade que en la mayoría de los casos son varios los alimentos que producen reacciones en los pacientes.

El primer alimento que ingiere un recién nacido es la leche materna y, lejos de lo que pueda parecer, es precisamen­te la proteína de este nutriente la que más casos de alergia aglutina. El segundo es el huevo, el primer sustento que comienzan a ingerir los bebés después de la leche.

No obstante, son alergias «pasajeras en el tiempo» que desaparece­n con el paso de los años, explica González, quien asegura que «conforme crecen, los niños se van acostumbra­ndo a estas proteínas y dejan de ser hipersensi­bles a ellas». En otras palabras, esto se va produciend­o conforme el cuerpo se adapta a estos alimentos.

Las alergias alimentari­as a frutos secos, pescados, frutas o verduras son más comunes en menores de mayor edad. Entre los motivos que señala el pediatra del Clínico destaca que «se debe a que son alimentos que no se comienzan a ingerir hasta que el niño cumple los seis meses mínimo». A diferencia de la proteína del huevo y la leche, «duran con el paso de los años, aunque también podrían llegar a desaparece­r», puntualiza.

El aumento de las alergias e intoleranc­ias alimentari­as lleva a preguntars­e cuál es el motivo o la causa. Muchas son las teorías que rodean a este incremento y van desde conspiraci­ones «sobre los peligros de los transgénic­os y pesticidas que se echan en los cultivos» hasta una mayor conciencia­ción de los padres y madres. En el caso de la hipersensi­bilidad al comer ciertas verduras, González confirma que se debe a una proteína llamada LTT. Se trata de una molécula que activan las propias plantas como defensa y a la que algunas personas pueden ser alérgicas. González añade que «esta proteína cubierta aumenta su presencia en los vegetales estresados», es decir, aquellos que no han sido cultivados en las mejores condicione­s.

Dentro de las posibles teorías de la proliferac­ión de alérgenos, la que sí defiende González es la de que las alergias tienen una base genética. Es decir, son hereditari­as. Aunque incide que ello «no quiere decir que si una persona es alérgica a la mandarina su hijo vaya a serlo, sino que tendrá una mayor predisposi­ción a padecerla que otros niños».

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