Los no nacionalistas buscan un hueco en una campaña muy soberanista
EH Bildu fija como principal desafío de la próxima legislatura el salto en el autogobierno y una nueva ponencia sobre el estatus político
«La campaña de verdad será la próxima semana». Lo dijo abiertamente Andoni Ortuzar un día después del fallecimiento del exlendakari José Antonio Ardanza, y lo confirman el resto de formaciones en sus conversaciones. La campaña arrancó sin pulso electoral y se ha mantenido así por distintos motivos. Pero si para el PNV es fundamental que el ambiente empiece a calentarse, para los que no defienden posturas nacionalistas, aún más. Hay un 30% de indecisos según las encuestas, las mismas que apuntan que el próximo Parlamento vasco puede estar ocupado por cerca de un 70% de diputados que defienden que el País Vasco es una nación soberana. Asomar la cabeza cuando parece que el grueso del electorado no te considera es, como poco, complicado.
Con dos partidos por la derecha, PP y Vox, y tres en el centroizquierda, PSE, Elkarrekin Podemos y Sumar, colocar los mensajes no nacionalistas es todo un desafío. La cuestión identitaria ha quedado pretendidamente relegada del debate público por parte del mundo aberzale durante la precampaña y el inicio de la misma, aunque el candidato de EH Bildu ha dejado claro que el principal desafío de la próxima legislatura es dar un salto en el autogobierno y abrir una nueva ponencia sobre el «estatus político» de Euskadi «en los tres primeros meses de la legislatura». El objetivo es que el texto articulado esté listo en un año para aprovechar «el momento político» en el Estado, con un presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abierto a la «plurinacionalidad», según dijo. Sus aspiraciones, sin embargo, chocan con el candidato socialista, Eneko Andueza, que ya le advierte de que ese no es el camino y no tendrá su apoyo para ahondar en el independentismo: «Nuevo estatuto sí, nuevo estatus no».
La «polarización» electoral
El PSE lucha por frenar a ese flanco de la izquierda haciendo memoria del pasado abertzale de vez en cuando, enumerando ante los micros propuestas concretas, asumiendo como propias todas las medidas progresistas del Gobierno de Pedro Sánchez y reiterando, sobre todo, que son la llave para que el independentismo no se instale en las instituciones, pero también
para moderar la querencia del PNV por políticas conservadoras.
«La polarización de la campaña entre PNV y Bildu nos dificulta colocar nuestro mensaje y obtener mejores resultados», reconoce un miembro del PP de Guipúzcoa, un territorio donde EH Bildu ha tenido históricamente mucha fuerza y sigue al alza, aunque en la dirección del partido aseveran que van a «mejorar en porcentaje de voto en los tres territorios». Regionalizar la campaña, hablar de lo local, de gestión y no liarse con cuestiones nacionales, les deja margen en lo que resta de días hasta el 21, explican en el partido de Javier de Andrés. Sobre todo, explica la secretaria general del partido, Esther Martínez, porque está convencida de que la polarización entre los dos nacionalistas «es justo lo contrario a lo que se ve». «A los abertzales les viene bien» no hablar de independentismo
y «al PNV no le interesa hablar de su gestión», señala, esperanzada porque las encuestas ya han demostrado que son una ciencia inexacta. Su mayor esfuerzo está en cuestionar al PNV como partido independentista capaz de pactar con EH Bildu y de la «órbita sanchista» para arrebatarle parte de su electorado.
Cuando el ciclo electoral comenzó el día 4, muchos vascos aún seguían de vacaciones de Semana Santa. El fin de semana llegó la euforia por la Copa del Rey en favor del Athletic y ayer los festejos multitudinarios. Entre medias, al PNV, que le hacía falta tener a su electorado encendido, le llegó la noticia del adiós de Ardanza, y eso ha provocado que el medio gas al que andaba la campaña se redujera al mínimo. Será, por tanto, a partir del fin de semana cuando remonte el pulso electoral.