Azón siempre vuelve
Dos goles decisivos, ante Tenerife y Elche, remarcan el valor del ariete zaragozano en una temporada difícil para él, como fue la pasada por las lesiones, aunque de nuevo es vital, lo que ya vivió en la 21-22
No ha sido una temporada fácil para Iván Azón, pero a la hora de la verdad el empuje, la garra y el gol del delantero zaragozano están apareciendo para ser más que claves. El triunfo ante el Tenerife se sustentó en una diana antes del descanso que lo cambió todo y mucho más lo hizo la anotada contra el Elche, cuando el partido tenía un color terrible para el Zaragoza, sometido por el rival y sufriendo como en ningún partido con Víctor. Azón, suplente en los dos primeros encuentros con el técnico zaragozano, vuelve a sujetar con goles decisivos al equipo, lo que ya se vivió en la 21-22.
El tanto anotado ante el Elche hace el 17º en Segunda del canterano, que suma 113 encuentros en la categoría de plata como zaragocista desde su irrupción en la 2021, a los que añade otros cinco choques y una diana más en Copa. Solo siete jugadores aragoneses han marcado más tantos que el ariete en la historia del club, un dato que con solo 21 años ya refleja su valor, pero conviene quedarse con la importancia de los mismos. Esta temporada marcó en la victoria ante el Eldense y en el empate que Poussin regaló después en Gijón. Ahí, 14 de octubre, su contador se paró por una lesión de rodilla y, ya tras la Navidad, por su descenso de rendimiento aumentado por la bajada de prestaciones ofensivas del Zaragoza de Velázquez.
Víctor aseguró que vio «bloqueado» a Azón a su llegada y el ariete empezó de suplente, pero su presencia ante el Tenerife ya supuso ese gol decisivo, justo antes del descanso de fuerte disparo desde la frontal aprovechando una contra conducida de Toni Moya cuando peor estaba el Zaragoza. Contra el Levante y el Elche ha partido desde la izquierda, exhibiendo sacrificio y compromiso, valores innegables siempre en él, pero viviendo demasiado lejos del área, donde menos daño hace su trabajo entre los centrales.
De un envío en largo de Marc Aguado y de su espíritu ante Gaspar salió el gol ante el conjunto ilicitano, una diana que levantó a un Zaragoza hundido y que constató que Azón siempre vuelve, por muy mal que pinten las cosas. Y, en este curso, como en el pasado, en ese caso por las lesiones, lo han hecho. Sin embargo, Azón ha estado y está. Si puede ser más cerca del área, mejor, porque su brega y su espíritu, además de su velocidad y desmarques al espacio, acaban por ser mucho más decisivas.
Azón apareció en la 20-21, teniendo ya un rol fijo con Iván Martínez y logrando con él su primer contrato con el Zaragoza al acumular cinco partidos. En aquella salvación milagrosa con JIM firmó, sobre todo de revulsivo, goles decisivos ante Cartagena, Almería y Castellón para acabar siendo la referencia del Zaragoza por delante del Toro, de Vuckic o de Álex Alegría, este fichado en enero.
En la 21-22, con Álvaro y Nano Mesa de refuerzos arriba, comenzó en un papel secundario, sin suerte de cara al gol y tuvo que esperar a la segunda vuelta, ya con Sabin Merino en el equipo, para anotar siete goles, vitales el de Gijón, ante el Almería o el Fuenlabrada, importantes para empatar
contra Amorebieta o Huesca, en una recta final de gran valor.
Su renovación hasta 2025 y su rol para la 22-23 se vieron truncados por las lesiones, primero un edema óseo y después dos musculares en los isquiotibiales. Con Giuliano como referencia y Gueye de nula aportación, hizo tres tantos el curso pasado, en el empate ante el Oviedo y en los triunfos contra Villarreal B y Oviedo. Resta el actual, donde llegaron Bakis y Enrich, que no han anotado. Él sí, en cuatro ocasiones, no demasiadas, claro. Aun así, Azón ha aparecido, con una renovación pendiente para este verano, con cánticos de sirena desde la Championship, donde tiene opciones, igual que en algún otro equipo de Segunda. Ha sido vital para sujetar al Zaragoza y para reclamar el protagonismo que su garra y su fútbol le conceden.