Zaragoza negra
El nacimiento de un autor es siempre una buena noticia, en especial si su primera criatura nace sana y con inmejorable aspecto. En el caso de la abogada zaragozana Beatriz Morancho Cuezva, su recién aparecida novela, La dama de la orquídea púrpura, con apenas días de vida, parece vaya a ser robusta, caminar aprisa y llegar rápido a las listas de éxitos.
Parte de «la culpa» la tiene uno de esos editores –Luis Sanz, de La fragua del trovador–, que todavía creen en la buena literatura y apuestan por autores noveles con talento y proyección.
La dama de la orquídea púrpura invita a sumergirse al lector en un mundo que, no por estar muy próximo, le resultará conocido, sino más bien todo lo contrario. Así, cuando la autora, Beatriz Morancho, describa a los personajes del hampa zaragozana (proxenetas, traficantes...), el lector tendrá la sensación de haber levantado un velo que siempre estuvo ahí, delante suyo, disimulando esos precipicios donde los valores de la sociedad se despeñan en una cascada de miserias y desgracias; pero, al mismo tiempo, quedará fascinado por la intensidad y trascendencia de los episodios que en la trastienda de la ciudad suceden, y que tienen en vilo a la policía y a jueces y fiscales de la capital del Ebro.
La protagonista, encargada de solucionar un crimen cometido en el barrio de Torrero, entre las familias de la droga, será una abogada de unos cincuenta años, con experiencia personal y una intensa vida privada y familiar, que asimismo iremos conociendo a lo largo de la acción.
Algo, un detalle en la instrucción de un caso anterior y en la investigación del crimen que abre la novela hará clic en su cerebro, relacionándolos en un punto que sólo ella, con su experiencia y capacidad deductiva, y con su valor, acertará a conectar, encendiendo el interruptor que iluminará la difícil pero lógica solución del caso.
Una muy seria e intensa novela negra, de trama absorbente, prosa fluida y eléctrica, perfecta ambientación y documentación precisa que transforma Zaragoza en un escenario de thriller recorrido por inolvidables personajes, todos ellos de carne y hueso, y con un alma –en algunos casos no demasiado limpia–, que analizar. Brillante.