El PSC se afianza y Junts supera a Esquerra en puertas de la campaña
El candidato socialista al 12M sube a 40 escaños a costa de los Comuns Puigdemont atrae a la mayoría de indecisos y saca 2,4 puntos al ‘president’ Aragonès, que logra retener a más votantes
Cataluña enfila la campaña de las elecciones autonómicas con un favorito destacado para la victoria, pero con la futura gobernabilidad muy en el aire. Desde que se convocaron los comicios, el PSC de Salvador Illa ha reforzado su ventaja en la primera posición y Junts ha superado a ERC en su duelo con Pere Aragonès. La diferencia entre ambos sigue siendo estrecha como para asegurar el desenlace en las urnas ante el 20% de votantes aún indecisos y los fuertes trasvases de voto. De hecho, el conjunto del independentismo ha perdido fuelle y no tendría asegurada la mayoría en el Parlament, lo que abriría el abanico de pactos a otras alianzas, pero también elevaría el riesgo de bloqueo y repetición electoral. Como es cada vez más frecuente, todo indica que la campaña será decisiva.
A menos de tres semanas para el 12M, la encuesta preelectoral de Cataluña del GESOP para El Periódico de Catalunya, diario de Prensa Ibérica, refleja que el PSC repetiría victoria con el 26,4% de los votos y 38-40 escaños (hoy tiene 33), 2,6 puntos y dos diputados más que en el sondeo elaborado hace un mes, justo después del anuncio del adelanto electoral. Entonces, Junts apenas le sacaba a ERC medio punto y ambos estaban empatados a escaños. Un mes más tarde, Puigdemont aventaja en 2,4 puntos y cuatro diputados a Aragonès. JxCat lograría el 20,4% de los votos y 32-34 escaños (ahora tiene 32) y ERC se quedaría con el 18% de los sufragios y 28-30 diputados (hoy tiene 33).
El tirón de Puigdemont
Respecto a la anterior encuesta, Illa ha visto aumentada en siete décimas su ventaja sobre los posconvergentes, que pasa a ser de seis puntos, y se hace fuerte en cabeza gracias a que su fidelidad de voto ha crecido cinco puntos y medio, hasta el 71,6%. Junts certifica de nuevo el tirón que atesora Puigdemont al anotarse una subida de casi dos puntos en el último mes, pero, de los tres partidos, es el que menos votantes nuevos conserva. Aunque este crecimiento perjudica las expectativas de los republicanos, estos se mantienen en el mismo porcentaje de voto y logran retener a más electores que hace un mes, llegando al 50% de fidelidad de voto.
Detrás de estos movimientos hay varios datos clave. El más importante es que el porcentaje de indecisos, el 19%, ha bajado 8,6 puntos en un mes, y los electores que ya se han decidido se han decantado mayoritariamente por Puigdemont. Junts tiene ahora 14 puntos menos de indecisión en su electorado que antes de que el expresidente lanzase su candidatura, diferencia que en el caso de ERC y PSC se rebaja a cuatro y dos puntos menos respectivamente.
El segundo factor son las fugas de voto: mientras los socialistas han reducido las suyas y ahora se les escapa más voto hacia el PP que hacia Esquerra, los trasvases entre las cinco marcas independentistas son bastante caudalosos. De hecho, el estancamiento de ERC se explica porque, pese a atraer voto indeciso y de la CUP, no logra taponar las fugas hacia Junts, que suben del 10% al 12%, y hacia el PSC, que suben del 7% al 8%. Incluso se duplica el porcentaje de votantes republicanos que apoyarían ahora a la ultraderechista
Aliança Catalana, el partido de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols. Lo mismo le sucede a Puigdemont: el trasvase de voto a ERC crece del 2% al 6%, el que se va a Aliança Catalana pasa del 3,5% al 4%, y otro 5% migraría a Alhora, la candidatura de la exconsellera Clara Ponsatí, que debuta en las encuestas del GESOP con un 1,8% de los votos aún insuficiente para acceder al Parlament.
La indecisión y la fragmentación lastran al independentismo. Una cuarta parte de los votantes de las formaciones soberanistas no tienen decidido su voto a menos de tres semanas para las elecciones. Este dato y la división del voto en cinco marcas también perjudica a la CUP, que retrocede dos puntos y tres escaños en un mes, y se quedaría con 4-6 diputados (hoy tiene 9). Su fidelidad de voto ha caído al 40%, 17 puntos menos que en marzo, y las fugas hacia ERC (12%) y Junts (7,5%) se han triplicado. Aliança Catalana se mantiene a solo una décima del 3%, como en el sondeo anterior, lo que le deja a las puertas de arañar un escaño.
Otra consecuencia de la fragmentación del voto es que podría poner en jaque la mayoría secesionista. Ahora oscilaría entre 64 y 71 escaños, siendo 68 el umbral de la mayoría absoluta. Tampoco llega a la campaña en un buen momento Comuns Sumar, que se ha dejado 1,3 puntos y dos diputados en el último mes y se quedaría con 6-7 escaños.
En el caso de tener que buscar alianzas, Illa se encontraría en la misma tesitura de 2021: ganaría las elecciones pero dependería del apoyo al menos de Aragonès para ser president. Si la amnistía le llega a tiempo, Puigdemont podría intentar una investidura que nuevamente quedaría en manos de ERC y la CUP, siempre que la suma de las tres fuerzas llegase a los 68 diputados. El tripartito de izquierdas tendría la mayoría absoluta asegurada en cualquier escenario (72-77 escaños), pero ERC y Junts, descartan pactar con Illa. Por su lado, el PP y Vox mantienen sus posiciones en el duelo particular que libran por ser la cuarta fuerza, pero el último mes ha dado más aire al partido de Abascal.