Los únicos vencedores
PINA DE EBRO (ZARAGOZA)
Dicen que ETA no existe, que fue derrotada el 21 de octubre del 2011, pero eso sólo se lo cree el bueno de ZP y el oportunista de Sánchez. Y sus mesnadas, claro. La verdad es que dejaron las armas: se supone que parte de ellas, jamás mostraron arrepentimiento, ni han aceptado ser un grupo terrorista, consiguieron que infinidad de demócratas huyeran de su tierra por las amenazas de aquel terror; tienen 400 atentados –con miles de cómplices libres– sin aclarar, y casi todos sus presos, con penas que serían perpetuas o, como se llama ahora, revisables, libres, y los pocos que quedan encarcelados podrían merendar prácticamente en sus casas; controlan la educación desde las guarderías a la universidad, las fábricas, la calle, se enorgullecen de sus asesinos muertos, los homenajean cuando quieren, se han metido de lleno en las instituciones, tienen su propia Policía elegida por ellos, han echado a la Guardia Civil; dirigen cientos de asociaciones y oenegés financiadas, vinculadas a la memoria histórica de ETA; obligan a que se hable su idioma en el Congreso y en el Senado, exprimen, abiertamente, a los sanchistas y conseguirán ampliar sus fronteras acabando por controlar su dinero y el de las instituciones nacionales. ¿Eso es vencer a ETA? La guerra no se gana con una batalla, y dejaron las armas cuando estaban derrotados por las Fuerzas de la Seguridad Nacional, no por un convencimiento cívico ni gratuito. Hoy, gracias a tantas concesiones oportunistas, los únicos vencedores han sido ellos: ETA, y, en el futuro, lo será totalmente.