«Favorecer la participación es una obligación y eso se hace con recursos»
Arturo Sancho procede de la asociación vecinal Madalena Calle y Libertad y está al frente, desde hace dos semanas, de la Federación de Barrios.
— Hace dos semanas que fue nombrado presidente de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza. ¿En qué momento está la FABZ?
— No es una no es una pregunta que se conteste fácil. Creemos que existía cierto desgaste en la dirección anterior porque venimos de unos tiempos muy duros y muy difíciles tanto para la ciudad como para la organización. La pandemia, el recorte de financiación por parte del ayuntamiento... Y también en cuanto a la participación. Ha habido una merma. Por eso pensamos que teníamos que reaccionar. El movimiento vecinal es probablemente el movimiento más importante a nivel de ciudad. Si Zaragoza es hoy lo que es, es gracias al movimiento vecinal y es necesario un reimpulso.
— ¿Y cómo se encuentra la ciudad?
— Estamos preocupados porque lo que ha sido una constante hasta ahora con Gobiernos de diferente color parece que está dejando de serlo. Se miraba por una ciudad más habitable para las personas y menos para los coches. Y creo que eso está cambiando. La gestión del transporte público está siendo una patada para adelante, la inversión en los barrios... ¿Qué están ofreciendo a Delicias? ¿A San José? ¿A Las Fuentes? Un ejemplo es el plan de plazas que prometió Azcón. Se anunciaron algunas en los barrios que no se reformaron y ahora, sin embargo, vamos a ver cómo reforman la plaza San Miguel. El gran proyecto es ahora La Romareda, pero es que hay poco más aparte de eso.
— Los Gobiernos del PP sí que han invertido en la renovación integral de calles y muchas de ellas están en los barrios tradicionales de la ciudad. Y en materia de movilidad, la apuesta pasa por la electrificación de los buses.
— Pero creemos que lo que no hay es un modelo. La electrificación de la flota de buses comenzó en 2017 y 2018. Claro que nos parece bien, es algo que hay que hacer. Pero eso viene de lejos y de hecho se está haciendo ahora porque lo está pagando Europa. Pero, ¿qué hay en cuanto al servicio, más allá de la electrificación? ¿Qué hay de la reordenación? ¿Qué pasa con la gestión? Y sobre los barrios, ¿cómo se están regenerando? ¿Cómo se está preparando a los barrios de esta ciudad para la necesidad que van a tener de adaptación a la crisis climática y las altas temperaturas?
— ¿Mantienen que es necesaria la segunda línea del tranvía?
— Sí, sí, sí. La línea 2 del tranvía no es un capricho, es continuar apostando por un modelo de transporte público exitoso y que además regenera la ciudad.
—¿Cómo se consigue implicar más a la juventud en el movimiento vecinal?
— Hay que empezar por abrir los espacios a la juventud. Lo que no puede ser es que les digan a los jóvenes cómo tienen que implicarse, sino que tienen que ser ellos los que hagan lo que realmente quieren hacer y que sientan que lo que están haciendo es en beneficio del movimiento. Hay que hacerlos protagonistas.
— Una de las dificultades por las que ha pasado la FABZ en los últimos años es ese recorte de fondos por parte del ayuntamiento que ha mencionado, ¿cómo cree que será la relación con el Gobierno municipal y con el ayuntamiento?
— Esperemos que sea una relación buena y cortés. Todos somos vecinos de esta ciudad y todos estamos trabajando para mejorar esta ciudad, ¿no? Además, dentro de las propias acciones del ayuntamiento está el fomento de la participación y en eso las asociaciones vecinales somos esenciales para seguir construyendo una ciudad en la que quepamos todos y en la que todo el mundo se pueda sentir a gusto. Y es obligación del ayuntamiento facilitar esa participación y eso se hace con recursos. Tiene que haber recursos suficientes para que las entidades vecinales y las dos federaciones (FABZ y Unión Vecinal Caesaraugusta) podamos seguir desarrollando nuestro trabajo en los barrios.
— ¿Se han visto ya con la alcaldesa?
— No nos ha dado tiempo. Lo tenemos pendiente. Y no solo queremos vernos con el equipo de Gobierno, también con los grupos municipales de la oposición y con otros actores importantes de la ciudad.
— ¿Cuál es el proyecto que más le ilusiona de los que tiene ahora entre manos el Gobierno municipal del PP?
— (Piensa) Me parece muy interesante la renaturalización del Huerva. Es necesario. Y otro proyecto que me parece muy interesante es la creación de un gran parque en la zona del Portillo porque además siempre he defendido que en esa zona se podría crear un eje para el disfrute ciudadano relacionado con la cultura y el turismo. Lo que ahora mismo es una autopista urbana, como es el paseo Pamplona y el de María Agustín, podría convertirse en un paseo entre la plaza Aragón y la Aljafería en el que está el Patio de la Infanta, el Paraninfo, la puerta del Carmen, el museo Pablo Serrano, Averly y la propia Aljafería.
— ¿Y cuál es la iniciativa de Natalia Chueca que menos le gusta o más le cabrea?
— No me gusta cómo se está gestionando el asunto de La Romareda. El proyecto me parece un error. Cada vez que sabemos algo nuevo el precio sube. Y ojo, yo defiendo que el campo necesita que le metamos mano. Nadie lo puede negar. Pero es un proyecto que no nos iba a costar ni un euro, que iba a pagar el equipo, y ahora son 200 millones, que es lo mismo que hubiera costado la segunda línea del tranvía. Sin quitar, insisto, que el campo necesita un lavado de cara. Y otra cosa, si nos vamos a gastar una millonada, a lo mejor no tendríamos que haber hecho el campo ahí y podríamos haber aprovechado la ocasión para haber regenerado otras zonas de la ciudad.
— Hay quien ha leído en su victoria en la FABZ como un sorpaso del ala más progresista de la federación. ¿Lo cree usted?
— En el actual secretariado de la FABZ hay gente de varios partidos políticos. No vamos a negar que somos una federación escorada a la izquierda, pero tenemos un secretariado muy plural. No queremos que esto se convierta en una cuestión de partidos. Y en lo que se refiere a mí, yo no voy a negar de dónde vengo. Pero no tengo el carnet de ningún partido político ni lo he tenido nunca.
«Si Zaragoza es hoy lo que es, es gracias a los movimientos vecinales. Es necesario un reimpulso»