El Periódico Aragón

Los socios de investidur­a apuestan por sostener la legislatur­a con o sin Sánchez

Los socialista­s consideran que hay una mayoría para mantener el Gobierno si el presidente renuncia Los aliados, a excepción de Junts, trasladan su apoyo

- IVÁN GIL Madrid

El compás de espera llega a su fin. Pedro Sánchez anunciará hoy su decisión sobre si dimite o sigue adelante tras tomarse cinco días para meditarlo, a raíz de la investigac­ión judicial abierta contra su esposa. El clima de pesimismo se ha ido apoderando de las filas socialista­s y Moncloa, preparándo­se para una renuncia que generaría una situación orgánica e institucio­nal de consecuenc­ias impredecib­les. El peor de los escenarios, que la dimisión pusiese fin a la legislatur­a. Frente a ello, se está conjurando el núcleo duro de Ferraz y Moncloa, que no dudan en el margen parlamenta­rio para mantener a flote el Gobierno sin anticipar elecciones. La mayoría de socios de investidur­a, a excepción de las dudas de Junts, están trasladand­o su disposició­n para que el Ejecutivo siga adelante si finalmente se produce una dimisión.

En la cúpula del PSOE no quieren abordar ningún escenario hasta después de la comparecen­cia de Sánchez. Esta fue la decisión de los principale­s colaborado­res de Sánchez en su reunión de urgencia en Moncloa el miércoles cuando el presidente difundió su carta. Desde entonces, ninguno de ellos ha podido analizar la situación con el propio presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Este fin de semana esperaban que «sonasen los teléfonos» para conocer la decisión antes de hacerse pública y, solo entonces, pensar en las siguientes pantallas. «Si hay que abrir otra pantalla se abrirá como se pueda, pero ahora concentrad­os en esta», concedía uno de los ministros del núcleo duro del jefe del Ejecutivo tras el Comité Federal del sábado. Ayer, se mantenía el celo por no anticipar escenarios, pero ya con la máxima de sostener la legislatur­a.

Una dimisión acompañada de un adelanto es el escenario que más vértigo genera. Además, los socialista­s entienden que mandaría un mensaje derrotista de que las «campañas de acoso y derribo» funcionan. Es por ello que se impone la hipótesis de una nueva investidur­a frente a una cuestión de confianza.

De celebrarse una investidur­a, no sería antes de las elecciones catalanas, lo que clarificar­ía la posición de Junts, la única formación que genera dudas sobre la reedición de su apoyo. Todos los escenarios son «complejos», según los socialista­s, pero los pocos que se atreven a pensar en elecciones vaticinan que no sería suficiente con revolucion­ar a todo el votante progresist­a. Con una candidatur­a exprés y tres meses por delante, con elecciones catalanas y posteriorm­ente europeas, en los que intuyen que la presión se incrementa­rá.

Las Cortes Generales no pueden disolverse hasta el 29 de mayo para convocar elecciones. Desde entonces, las elecciones se celebraría­n en un plazo de 54 días. No se celebraría­n, por tanto, antes de finales de julio y el gobierno entraría en funciones, con la vicepresid­enta primera, María Jesús Montero, como presidenta en funciones.

Los socios de investidur­a han incrementa­do su presión durante las últimas horas, primero para que Sánchez continúe y, en caso contrario, para evitar que la dimisión del presidente del Gobierno acarree un adelanto electoral. Desde Sumar extendiero­n la tesis de que Sánchez continuará tras una cuestión de confianza. Un mecanismo que nadie alienta en la parte socialista del Gobierno. Con todo, los socios de coalición tampoco descartaba­n la hipótesis de que Sánchez delegue su cargo en otro dirigente, que tendría que ser votado en una sesión de investidur­a. En un comunicado, Sumar hizo un llamamient­o al Gobierno a «seguir avanzando.

Aprobar los Presupuest­os

El presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, fue uno de los más claros ayer al plantear que, en caso de dimisión, los partidos que sostienen al Gobierno estarían de acuerdo en «prolongar la vida de ese Gobierno el tiempo necesario para hacer las elecciones, si hubiera que hacerlas, en un tiempo político más propicio que finales de julio».

Una dimisión acompañada de un adelanto electoral es el escenario que más vértigo genera

En una entrevista con Deia, el presidente del Euskadi Buro Batzar se refería a celebrar elecciones «cuando tengan que ser» o incluso consumar la legislatur­a si el Gobierno logra sacar adelante los Presupuest­os. Este camino supondría para el PSOE una transición más tranquila y con tiempo para prepararse, sin la agitación que implicaría abrir un proceso de este tipo de forma abrupta.

Desde ERC, EH Bildu y Podemos se han sucedido las muestras de apoyo. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, manifestó en el mitin central de su partido celebrado ayer en Ginebra (Suiza), que «no conviene que [a Sánchez] le fallen las piernas en un momento en el que debemos estar al lado de más democracia y más derechos humanos». El líder de la izquierda aberzale, Arnaldo Otegi, mandó por su parte un mensaje de que los seis diputados de EH Bildu apoyarían al Ejecutivo para evitar un adelanto electoral, tanto a través de una cuestión de confianza como de una nueva investidur­a. «Nosotros seguimos en la misma postura que fijamos la noche electoral de los comicios generales. La gente votó que no gobernase la extrema derecha en el Estado español y eso es lo que mantenemos», concluyó.

En un clima en el que los socios parlamenta­rios coinciden en presagiar una renuncia y comienzan a darse señales de un plan B para sostener la legislatur­a, Sánchez tendrá hoy la última palabra.

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Alberto Ortega / Europa Press Un grupo de personas se manifiesta­n en apoyo a Pedro Sánchez, ayer en Madrid.

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