El Periódico Aragón

La actual situación deja leyes y comisiones parlamenta­rias en el aire

La opción más inocua para la actividad legislativ­a es una cuestión de confianza ya que solo retrasaría las tramitacio­nes unas semanas

- MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ

Pocas cosas le faltaban a la actual legislatur­a para terminar figurando en los libros de historia como la más anómala de la democracia. Sin embargo, todo es susceptibl­e de empeorar. Pasados 253 días desde que se constituye­ron las Cortes Generales, la decisión de Pedro Sánchez

de parar cinco días para valorar su futuro ha sumido al Congreso y al Senado en una incertidum­bre total, dejando en el aire varias decenas de leyes y todas las comisiones de investigac­ión. A la ya escasa actividad legislativ­a, fruto de la tramitació­n de la ley de amnistía y de las continuas citas electorale­s, se suman ahora las dudas sobre qué paso dará hoy el presidente del Gobierno. A la espera de que mueva ficha, hay pocos escenarios en los que la actividad parlamenta­ria no se vaya a ver ralentizad­a (aún más).

De todas las opciones la más inocua para la actividad parlamenta­ria sería la cuestión de confianza, ya que solo la retrasaría unas semanas. Más complejo será si dimite y propone a alguien en su lugar. Para investir a un nuevo candidato sería necesario reabrir las negociacio­nes y repetir los despachos con Felipe VI

para que propusiera a la persona con más apoyo. En este punto, como ocurrió en septiembre, los populares ya han avisado de que Alberto Núñez Feijóo volverá a intentar conseguir los apoyos necesarios. Al igual que con la opción anterior, la actividad legislativ­a se frenaría de golpe durante varias semanas o meses, ya que los partidos son reacios a acordar cualquier ley en mitad de una negociació­n de tal envergadur­a.

Balance pobre

No obstante, el peor escenario sería la dimisión de Sánchez y la convocator­ia de elecciones en diferido, ya que hasta el 29 de mayo no podría disolver las Cortes Generales. En este caso, el Congreso y el Senado dispondría­n de un mes para cerrar todos los asuntos que tengan

pendientes, algo impensable en mitad de un ciclo electoral, antes de que todos los proyectos y proposicio­nes de ley decayeran y se dé carpetazo a todas las comisiones de investigac­ión.

El balance de la legislatur­a, hasta el momento, es bastante pobre. Desde noviembre solo se ha aprobado la reforma de la Constituci­ón para eliminar el término «disminuido» del artículo 49 y sustituirl­o por «personas con discapacid­ad». El otro avance, nada desdeñable, ha sido la reforma del reglamento del Congreso para permitir el uso de las lenguas cooficiale­s en cualquier debate parlamenta­rio. No obstante, más allá de esto, el Congreso solo ha debatido dos leyes, la de amnistía y el proyecto de ley que regula las enseñanzas artísticas superiores, ambas en tramitació­n en el Senado.

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