Derrota por golpe de gracia
Un Zaragoza digno y que mereció mejor suerte en Oviedo cae tras quedarse con 10 por la segunda amarilla de Toni Moya y por un fallo defensivo para que mantenga el sufrimiento aunque también el colchón
Vaya por delante que el Real Zaragoza no mereció perder y que el factor desequilibrante fue la expulsión de Toni Moya, por doble amarilla ya que llevaba una anterior, tras un pisotón a Colombatto, después de un partido más que digno del equipo de Víctor en el Tartiere. La moneda volvió a salir cruz para este Zaragoza, al que Ais Reig le condenó con esa rigurosa roja que pareció excesiva aunque el centrocampista ni protestó, pero la ejecución llegó con una pésima defensa en la jugada que supuso el gol de Alemao y que el Zaragoza se fuera de vacío de Oviedo y se mantuviera con los cinco de renta sobre el descenso cuando restan solo 9.
Los resultados habían dejado la permanencia a golpe de una conquista en el Tartiere y el Zaragoza
dibujó un escenario en el que esa victoria pareció factible, sobre todo en la primera parte, pero al final, en la segunda mitad, donde el Oviedo dio un paso adelante, Ais Reig se encargó de inclinar el campo hacia el área de Cristian y con el Zaragoza repleto de bajas, con un panorama cada día peor, y con uno menos en el césped la impresión fue que no iba a aguantar, también porque los cambios le debilitaron. Así sucedió en una jugada en la que Gámez reculó en exceso ante Ahijado y su centro, flojo y sin demasiado peligro, vino acompañado de sendas desaplicaciones de Francés y Jair para que Alemao fusilara a Cristian y dejara al Zaragoza sin un punto que olía a tesoro y que no llegó para que le siga faltando ese paso para amarrar la permanencia.
Mantuvo Víctor el esquema con tres centrales con la entrada de Jair en el eje y de Zedadka de carrilero
zurdo con un Zaragoza que se asentó muy bien en el Carlos Tartiere de salida, con un Oviedo en el que Luis Carrión dispuso un plantea miento muy ofensivo, un 4-42 con Masca y Alemao arriba y con Seoane de pareja de Colombatto para que esa apuesta ofensiva no se reflejara de salida. Ni de lejos, porque el partido arrancó con claro color zaragocista.
Y la tuvo nada más empezar con un balón en largo de Francés en el que Azón aprovechó la espalda de Luengo para darle un balón que
era un regalo que Liso, con todo a favor, no aprovechó. El Zaragoza, bien ubicado y con la presión arriba y conectada, hacía que el Oviedo se sintiera incómodo para que las pérdidas del equipo local fueran constantes y que el control del pleito tuviera color zaragocista.
Era el flanco de Zedadka el que más peligro suponía tras cualquier robo, con la intimidación de Azón, y un disparo del francoargelino que rechazó Leo Román con apuros. El Oviedo solo amenazó con un remate de Paulino que rechazó Cristian, mientras el Zaragoza acumulaba saques de esquina y sobre todo presencia amenazante en el área del Oviedo. Francés prolongó un córner que Dani Calvo le quitó a Jair y Mou, acto seguido, tuvo otro remate en otro saque de esquina. Con el Zaragoza bien situado y solidario en las ayudas, del rival apenas había noticias. Zedadka
en otra contra tras robo de Grau tuvo un remate que se fue fuera lo mismo que el siguiente de Toni Moya tras otro córner.
Carrión recurrió a Cazorla tras el descanso y ubicó a Seoane en la banda para que el Oviedo pasara a tener un mayor gobierno del partido, aunque el Zaragoza tampoco sufría demasiado. Alemao tuvo las dos primeras, sin tino, pero Azón, en una recuperación de Gámez, y Maikel Mesa, con un disparo telegrafiado tras una contra rápida, avisaron al Oviedo de que el Zaragoza seguía ahí y que podía hacer mucho daño en las transiciones.
Luengo en un córner pudo marcar y Víctor movió el ataque, con Valera y Enrich por un apagado Liso y por un agotado Azón para que el Zaragoza saliera perdiendo energía en el cambio, aunque Zedadka, tras un gran pase de Francés, le puso un balón a Enrich
El Zaragoza fue mejor en la primera parte y tuvo más ocasiones, pero siempre vive lejos de las victorias
y el remate acabó en córner. El Oviedo tenía más profundidad con Dubasin, que no estaba certero en el disparo para que los minutos cayeran sin ocasiones y con la sensación de que el partido se mantenía donde quería el Zaragoza.
Ais Reig decidió inclinar la balanza con esa expulsión de Toni Moya y el Zaragoza con 20 minutos por delante se dispuso a sufrir con un 5-3-1 y con Bastón para aumentar la presencia ofensiva del rival, que se encontró con el gol de Alemao, que ya lo había intentado dos veces con anterioridad a la diana que sentenció el duelo en el 86. El Zaragoza, con una prolongación muy escasa, no se levantó ya de la lona con ese golpe de gracia para encajar una nueva derrota, aunque por suerte la renta con el descenso sigue manteniéndose en este final de curso donde no hay manera de dejar de sufrir.