Taim supera el concurso con el apoyo del 65% de sus acreedores
La empresa zaragozana confía en hacer remontar su actividad con nuevos pedidos y recuperar la reputación en el mercado
La empresa industrial aragonesa Taim Weser ha logrado superar la fase de convenio concursal tras recibir su propuesta adhesiones de acreedores que representan más del 65% de su deuda ordinaria. La compañía, especializada en la producción de grúas y otras instalaciones de gran envergadura, reconduce así la situación tras los duros golpes que le propinó la pandemia y la guerra de Ucrania, que le obligaron a entrar en suspensión de pago hace un año debido a los problemas de tesorería originados por estos acontecimientos.
El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Zaragoza dictó una sentencia el pasado lunes en la que ordena el cese inmediato de los efectos del concurso. La resolución abre una nueva etapa para la empresa, que confía en remontar el vuelo a
partir de ahora una vez ha logrado reestructurar el pasivo.
Taim Weser, que opera en diversos sectores (minero o energético) mediante el desarrollo de proyectos de ingeniería, nació de la fusión de dos compañía. Por un lado, TFG, que este año cumpliría 125 años de antigüedad y se dedicaba a la elevación; y por el otro, la alemana Weser, centrada en manutención. Es un referente internacional en el diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de grúas con certificación nuclear.
En 2020 la cartera de proyectos de la empresa era el 100% internacional, pero lo que entonces era una fortaleza se convirtió en debilidad a causa del coronavirus. Las restricciones de movilidad provocaron la paralización de los proyectos y alteraciones en los calendarios de
ejecución, afectando severamente a su estado económico y financiero. La empresa acometió una reestructuración financiera con el apoyo de Mazars y la entrada de un fondo de inversión anglosajón. La invasión de Rusia a Ucrania hizo descarrilar la situación al frustrar dos proyectos por valor de 35 millones de euros destinados a Rusia.
Desde que se declaró el concurso, la empresa asegura que se ha volcado en cumplir los contratos en vigor «para no perjudicar a clientes y mantener el fondo de comercio» y «mantener la confianza y la ilusión de la plantilla». Tras reestructurar la deuda, empieza «un proceso de regularización y de recuperación reputacional en el mercado», subrayan desde la compañía, que confía en la incorporación de nuevos proyectos.