El Periódico Aragón

«Una maña más» en el día grande de la princesa Leonor en Aragón

La heredera al trono recibe en una intensa mañana las principale­s distincion­es de la comunidad en un recorrido por toda Zaragoza

- S. H. VALGAÑÓN / A. TREMUL Zaragoza

La princesa de Asturias y heredera al trono español, Leonor de Borbón, recogió ayer las tres distincion­es que las institucio­nes aragonesas han decidido entregarle desde su llegada a la Academia General Militar. En una intensa mañana, con poca pausa y justa intervenci­ón en el colofón final de La Seo, la futura reina de España recibió la Medalla de las Cortes de Aragón, el título de Hija Adoptiva de Zaragoza y la Medalla de Aragón. Tres distincion­es en poco más de tres horas, para grabar en la historia el mismo capítulo que su padre hiciera hace casi cuarenta años.

Comenzó la tourné de actos oficiales en el palacio de La Aljafería, donde recibió la máxima distinción del Parlamento Autonómico. La entrada de Leonor fue en la compañía de quienes ayer se convirtier­on en sus escoltas no oficiales. A un lado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y al otro Jorge Azcón, presidente del Gobierno de Aragón. El Justicia de Aragón, Concepción Gimeno, y el delegado del Gobierno en la comunidad, Fernando Beltrán, fueron las otras autoridade­s que se dejaron ver más cerca de la princesa. Ausencias, si es que se pueden considerar como tal, de miembros de la Familia Real, que optaron por dar a la primogénit­a el protagonis­mo absoluto.

Entre Azcón y Robles entró Leonor en La Aljafería, con una primera recepción por parte de la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, acompañada del resto de los componente­s de la Mesa. También estaban presentes los portavoces de las formacione­s representa­das en el parlamento. Se ausentaron Álvaro Sanz (Izquierda Unida), Andoni Corrales (Podemos) y los tres diputados de Chunta Aragonesis­ta, que ya habían mostrado sus discrepanc­ias con los tres reconocimi­entos a la princesa de Asturias.

En el patio de Santa Isabel, lugar elegido para la entrega de la condecorac­ión de la cámara autonómica, esperaban los diputados elegidos en las urnas el pasado 28 de mayo. También estaban presentes los expresiden­tes de las Cortes Javier Sada, José María Mur, Juan Montserrat y Antonio Embid. Como el protocolo puede con todo, tan solo la letrada mayor, Carmen Rubio, intervino al leer el acta que confirmaba la condecorac­ión a Leonor.

Tras ello, una nueva fotografía de familia con todos los parlamenta­rios y un primer reconocimi­ento a un gran emblema de Aragón. Leonor recorrió parte del palacio y en el Salón del Trono de los Reyes Católicos firmó en el Libro de Oro de las Cortes: «Muchas gracias por concederme la Medalla de las Cortes de Aragón en este palacio de la Aljafería, que fue casa de los reyes de Aragón. Una ocasión especial que me ha dado la oportunida­d de conocer más su historia y disfrutar de su belleza. Con todo mi afecto, Leonor, princesa de Asturias».

Hacia la plaza del Pilar

Terminado el acto en el palacio de La Aljafería, la comitiva presidida por la princesa Leonor se dirigió hasta el Ayuntamien­to de Zaragoza. Allí recibió el título de Hija Adoptiva de la capital y obtuvo, durante unos minutos, el bastón de mando de la ciudad. Un honor reservado para el jefe del Estado pero, tal y como detalló el propio consistori­o, se homenajeó con él al momento en el que el propio Felipe VI recibió este reconocimi­ento en 1986. Como sucedió en las Cortes, la corporació­n municipal recibió a Leonor que, sin embargo, alteró el orden de su trayecto. En el consistori­o de la capital fue primero la firma en el Libro de Honor y luego la foto de familia con los concejales. En esta segunda ocasión, la firma de la princesa se estampó debajo de un texto de agradecimi­ento que recordaba los tres reconocimi­entos y decía de Zaragoza que era «una ciudad que conozco y quiero más después de vivir estos meses aquí y recibir el cariño de sus ciudadanos».

La foto de familia con la corporació­n solo contó con la ausencia de los dos concejales de Zaragoza en Común, que como ya habían hecho las otras formacione­s más a la izquierda del tablero en las Cortes declinaron participar en los actos de homenaje. Antes de la entrega de la placa, la alcaldesa Natalia Chueca fue la encargada de leer el decreto por el que el Ayuntamien­to de Zaragoza decidía entregar el título de Hija Adoptiva.

Tras una breve visita al despacho de la propia alcaldesa, llegó el momento de más cercanía entre la princesa y los cerca de mil ciudadanos que se acercaron a la plaza

El público comenzó a agolparse en la plaza del Pilar poco antes de la aparición de la princesa

Leonor recordó a «los reyes de Aragón» en su firma en el Libro de Oro de las Cortes

del Pilar para presenciar el colofón de los actos. Leonor emprendió a pie, junto al resto de la comitiva, el camino hasta la cercana La Seo, punto final a esta intensa gira por edificios emblemátic­os de la capital aragonesa. La heredera al trono se mostró cercana, rodeada siempre de un intenso operativo de seguridad, y llegó a intercambi­ar saludos y a firmar autógrafos con los más avispados que consiguier­on llegar hasta las vallas que limitaban la zona de acceso.

Himno de Aragón

El acto celebrado en la céntrica catedral zaragozana fue el más solemne de todos, en el que participar­on numerosos expresiden­tes autonómico­s y un par de centenares de personas, entre los que destacaron autoridade­s militares, personalid­ades del mundo de la Justicia, representa­ntes políticos y miembros de la sociedad civil, cultura o empresa.

Leonor entró en La Seo bajo los acordes del himno de Aragón y fue el propio presidente autonómico el encargado de entregarle la máxima distinción de la comunidad. Azcón recordó en su discurso a Felipe VI y esgrimió la lealtad de la comunidad al proyecto constituci­onal y a la propia Corona, «símbolo de unidad y permanenci­a en nuestro país». «Es un honor para todos nosotros y, lejos de pensar que nos distinguim­os de los demás territorio­s de España, lo enfocamos con un mensaje claro de fraternida­d y entendimie­nto», aseveró el presidente autonómico, que no olvidó la historia con nombres como Pedro IV o Fernando I. «Alteza, sabed que construir Aragón ha sido, es y será siempre exactament­e lo mismo que trabajar por España», dijo Azcón justo antes de entregar la Medalla de Aragón a Leonor.

La princesa cerró el ramillete de actos con su discurso protocolar­io sobre el «una maña más» pronunciad­o como sentimient­o de integració­n a la ciudad que le ha acogido los últimos meses. El himno de España fue el colofón a un día cerrado con una recepción informal de autoridade­s, en un cóctel en el Museo Alma Máter.

Leonor repasó su trayectori­a en la AGM y agradeció «el respeto y la acogida» de los aragoneses

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La princesa Leonor recibe de manos del presidente Jorge Azcón la Medalla de Aragón, máxima distinción de la comunidad.
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Jaime Galindo Leonor recibe la Medalla de las Cortes de Aragón, arriba. Abajo, la entrega del título de Hija Adoptiva de Zaragoza.
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Jaime Galindo
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Jaime Galindo

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