El fuego bacteriano golpea duro en Calatayud
El fuego bacteriano es una plaga causada por la bacteria Erwinia amylovora. Es la enfermedad más grave que pueden padecer los frutales de pepita, sobre todo en los perales, pues produce la muerte de la planta en un corto periodo de tiempo. El riesgo se agrava por la gran facilidad de dispersión de la enfermedad y porque no existen tratamientos químicos curativos. Su gestión y contención, junto con el virus de la sharka, es uno de los retos más importantes a los que se va a enfrentar el nuevo consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Javier Rincón, en materia de fruticultura.
El responsable comarcal de UAGA en Calatayud, Óscar Joven, considera que desde que se detectaran los primero brotes hace diez años no se ha desplegado un programa eficaz para su contención, ni para compensar los daños que produce. «No estamos ante un problema de mala administración, no existe nada eficaz para luchar contra esta plaga», explica al tiempo que reclaman ayudas para la reestructuración de las parcelas afectadas. «Ya ni siquiera reclamamos el lucro cesante», asume.
Para un agricultor que ha asumido el 100% de los gastos de poda, abono y tratamientos de una plantación es «frustrante» ver como el 100% de las plantas pueden quedar afectadas por la invasión del fuego bacteriano.
La segunda gran plaga de los frutales en la comunidad es el virus de la sharka, un organismo nocivo regulado en la Unión Europea donde, desde que se detectó por primera vez en Bulgaria en 1917, se ha ido extendiendo poco a poco a gran parte de las zonas frutícolas.
Afecta de forma principal a los cultivos de hueso como el melocotón, la nectarina y el paraguayo. En la comunidad golpea principalmente a las explotaciones de las comarcas de Bajo Aragón Caspe y de Matarraña. En este caso los modelos de ayuda están más desarrollados.