«He demostrado que soy mucho más que el chico con el bastón»
El ilusionista zaragozano Miguelé, con un 13% de visión, ganó el pasado domingo el Primer Premio en el Congreso Nacional de Magia en la categoría de micromagia.
«Lo esencial es invisible a los ojos», o al menos eso afirmaba El Principito. El joven mago zaragozano Miguelé ha confirmado lo acertado de la famosa frase de Antoine de Saint-Exupéry. Con tal solo un 13% de visión, Miguel Mariñoso se ha alzado a sus 23 años con el Primer Premio Nacional de Magia en la categoría de micromagia. El aragonés se ha convertido en el primer mago en la historia del concurso con diversidad funcional en la vista que conquista un primer premio, demostrando así que el secreto de la magia reside donde escapan los sentidos.
«Aún no me lo creo, no asimilo todo lo que significa . No pensaba que tuviera posibilidades de ganar. Me apunté porque los concursos de los Congresos Mágicos Nacionales son el espacio donde puedes mostrar tu trabajo delante de más gente y yo iba con esa intención», confesó Mariñoso. El ilusionista zaragozano llevaba cinco años perfilando la rutina ganadora con ayuda del mago Sergio Cisneros. «Nos centramos mucho en el trabajo creativo, al final en la magia está todo inventado. Dí con un trabajo muy personal que necesitaba compartir y sacar de mí», reflexionó Miguelé.
El 39 Congreso Nacional de
Magia, que tuvo lugar del 16 al 21 de julio en la localidad de Terrasa era la cita idónea para el debut mágico de Mariñoso. «Conocía a mucha gente que va a los congresos, y ellos también me conocían a mí de vista. Con mi actuación he podido demostrar que soy mucho más que el chico con el bastón que se siempre se sienta en primera fila», aseguró el joven zaragozano.
La rutina de Miguelé explicaba a través de la micromagia y la numismagia (la magia con monedas) cómo es la vida de alguien con ceguera parcial. «Con mi discapacidad visual lo tengo muy complicado, a no ser que sea de cerca no puedo ver las cosas. Entonces
mi forma de entender la magia es muy diferente a la del resto. Eso es lo que quería transmitir», sostuvo Mariñoso.
A pesar de estas dificultades, el joven intenta tomarse su pasión «con total normalidad», en sus propias palabras. «He tenido que hacer adaptaciones a la hora de ensayar, porque por ejemplo, practicar frente al espejo para analizar la técnica no me sirve porque no me veo. He buscado formas de apañarme, igual he tenido que dedicarle una pequeña dosis más de esfuerzo aunque todo el mundo tiene que esforzarse», opinó el mago aragonés.
La ovación de casi dos minutos por parte del público no fue la única recompensa que Miguelé recibió por su actuación. Luis Olmedo,
Premio Mundial de Micromagia, fue el encargado de entregar el galardón al aragonés. «Luis Olmedo es uno de mis mayores referentes y me hizo mucha ilusión que me diera el trofeo», reveló Mariñoso.
Después de este gran triunfo en su primera competición, el ilusionista tiene claro sus objetivos a futuro. «Yo soy graduado en filosofía y me gustaría trabajar en investigación, no quiero vivir de la magia pero poder trabajar más como mago sería mi sueño», concluyó Miguel Mariñoso.
«Mi forma de entender la magia es muy diferente a la del resto; eso quería transmitir»