El Periódico - Castellano - Dominical
Derecho
Desde hace algún tiempo hay entre nosotros quienes se empeñan en anteponer a las leyes, y a su recta y pulcra aplicación, presuntos principios superiores que nacen de profundidades telúricas que solo ellos saben interpretar debidamente. Como es bien sabido, sus afanes y arrebatos han causado unos cuantos destrozos en el seno de la sociedad a la que iban a salvar y en sus propias filas, donde se han abierto huecos cuyos ocupantes duermen ahora en celdas. Triste historia que, se lo advierte esta semana un lector –y ya se lo ha empezado a decir Estrasburgo–, solo podrá reconducirse volviendo al Derecho, esa modesta y grandiosa herramienta que nos legaron los romanos y que, por suerte, ha encontrado entre nosotros a quien sabe usarla con destreza. Luego, sin duda, habrán de emplearse otras. Luego.