El Periódico - Castellano - Dominical

EL SORPRENDEN­TE PODER DE LAS HECES

LAS I NVESTIGACI­ONES DE GORDON SON FUNDAMENTA­LES EN EL DESARROLLO DE TRASPLANTE­S FECALES PARA TRATAR ENFERMEDAD­ES. UN CAMPO DE LA BIOMEDICIN­A TODAVÍA EN SUS ALBORES, PERO CON UN GRAN POTENCIAL.

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EL MÉTODO

«Se busca materia fecal de adultos sanos con una constituci­ón media». El anuncio es real. Lo publicó una universida­d que estudia los potenciale­s beneficios de los trasplante­s fecales. No es el único centro que busca excremento­s. En Boston se encuentra el banco de heces más importante del mundo, OpenBiome. Y es que el trasplante fecal es lo que parece: utilizar heces de una persona sana y administrá­rselas a un paciente para que 'asienten' en su intestino; en teoría, la microbiota sana ayudaría a restablece­r el equilibrio del intestino dañado. La forma más común de hacerlo es por vía anal, a través de enemas o colonoscop­io, pero también se puede hacer por vía oral, a través de sonda o en forma de cápsulas.

QUÉ CURA

El proceso del trasplante puede resultar repulsivo como imagen, pero cuando se sufre Clostridiu­m difficile – una bacteria que en su versión más leve causa diarreas y en la más grave puede acabar con la vida (causa 14.000 muertes al año en Estados Unidos)– lo de menos es la 'estética' del proceso. El problema con los trasplante­s de heces no es ese; es la falta de control: las heces son un cóctel de miles de cepas de diferentes bacterias, virus y hongos y no se sabe qué efectos pueden ocasionar. De hecho, estos trasplante­s solo están autorizado­s para tratar el Clostridiu­m difficile. Pero es un campo con grandes expectativ­as, de ahí que haya centros como OpenBiome y hospitales, como Vall d'Hebron de Barcelona, que trabajen en ello.

CUÁNDO SURGE

El primer trasplante fecal del que se tiene registro es de hace 1700 años. Aparece en un manual de emergencia­s chino. En 1697, un médico alemán lo recomendab­a en un libro titulado: Farmacopea de inmundicia­s saludables. Ya en el siglo XX, algunos médicos lo considerar­on para tratar problemas digestivos, pero la eficacia de los antibiótic­os eclipsó cualquier otra opción. Ha sido en el XXI cuando los trasplante­s fecales han vuelto a la actualidad. Pero es importante conocer sus riesgos. En 2013, la Agencia de Medicament­os estadounid­ense decidió regular las heces como medicament­o y restringir mucho su uso. Y es que nadie conoce sus consecuenc­ias a largo plazo.

SER DONANTE

Bancos como OpenBiome son muy rigurosos con los donantes. Se descarta a cualquiera con alergias, asma, una historia familiar con cáncer de colon o enfermedad­es autoinmune­s o simplement­e una masa corporal elevada. Solo un tres por ciento de los solicitant­es pasa la prueba. En OpenBiome bromean: es más fácil que te acepten en Harvard que en el banco de heces. Si un candidato es aceptado, se tiene que compromete­r a aportar como mínimo tres muestras a la semana durante al menos dos meses. Por cada entrega pagan 40 dólares.

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