El Periódico - Castellano - Dominical
La concertada, desconcertada
Acabamos de enterarnos de que el Gobierno ha decidido no aportar un solo euro para ayudar a la enseñanza concertada, que se ha quedado fuera de los fondos de reconstrucción para la educación. Nadie se iba a quedar atrás y todos los sectores de la población iban a verse protegidos; uno de los derechos inalienables, imprescindible en toda nación libre y amante del progreso, es la libertad de enseñanza. Nadie pone en duda que la enseñanza pública debe ser un bastión que proteger y fortalecer, pero ello no debe ser excusa para asfixiar a la concertada, que no debe ser considerada como competencia desleal, sino como un baluarte complementario que ayuda en aras de la prosperidad y bienestar, sinónimos de enseñanza plural, variada y diversa.
Las aulas tienen como función preparar a los alumnos y hacerlo bien, sin vendas, mordazas ni anteojeras que las conviertan en 'jaulas' donde se adoctrine e implante una uniformidad que lamine la libertad de disentir y elimine la tan cacareada diversidad.
La enseñanza concertada goza de mucha popularidad y se ha ganado a pulso su acreditada fama. Por algo será que tantas y tantas familias le confían la educación de sus hijos. Evitemos los vetos y las reprobaciones que solo sirven para empobrecer a la sociedad. Velemos por una educación libre, fuerte, sana y diversa, algo indispensable para cimentar un futuro mejor. FRANCISCO JAVIER SÁENZ MARTÍNEZ.
LASARTE-ORIA (GUIPÚZCOA)