El Periódico - Castellano - Dominical
El sueño de Ferràn y Andoni
No hay dos personajes nacidos en España que hayan tenido y mantengan una influencia tan grande en el mundo en una misma disciplina. Apenas se pueden encontrar, además de ellos, otros cocineros que hayan logrado trascender en la misma medida e influir con sus ideas y su ejemplo vital en dos generaciones de chefs de los cinco continentes. Sobrarían dedos de una mano para contarlos a todos. Más de dos mil bullinianos caminan por el mundo orgullosos de haber pasado por Cala Montjoi, en el restaurante más mítico del siglo XX. Los que han crecido en las cocinas y salas de Mugaritz, ese lugar inclasificable de Rentería, cuna contemporánea de la creatividad y del neorrenacentismo de origen culinario, son también cientos. El número de países en los que está abierto al público algún proyecto de restauración singular nacido de las inquietudes de todos ellos supera de lejos la centena.
Cuando imaginamos por primera vez la idea de lo que podría llegar a ser el actual Madrid Culinary Campus, el primer espacio de formación gastronómica que iba a pertenecer a los jóvenes universitarios de todo el mundo, a los cocineros en activo de todo rango y especialidad y también a todos aquellos profesionales actuales y futuros que entienden como su vocación el sector primario, la agroindustria, la gestión y la alimentación, yo ya tenía en la cabeza a Ferràn y a Andoni. Al principio, como el ideal al que aspirar, consciente de la dificultad que encerraba poder contar con ellos. Había una posibilidad más sencilla: contar con otros o reunir un gran grupo de cocineros que llenaran las fotos de nombres famosos. Pero nosotros soñamos con Andoni y Ferràn, con que fueran parte indisociable del proyecto desde el inicio, los reactivos, que empaparan, con sus conocimientos y su mirada irreverente, aquello que nacía. Esta ha sido una de esas ocasiones en las que soñar más grande te lleva a llegar más lejos. Tenerlos ilusionados, militantes, críticos e implicados hasta las cachas en la construcción de MACC, a ellos y también a sus equipos, es literalmente un sueño hecho realidad y la mejor noticia para los actuales y futuros alumnos.