El Periódico - Castellano - On Barcelona
¿QUÉ ES UN VAQUERO SIN SU CABALLO?
‘The rider’, la segunda película de Chloe Zhao, es un wéstern que deconstruye un género edificado sobre la valentía y la libertad. Se inspira en la vida real de su intérprete protagonista, Brady Jandreau
¿Q ué te queda cuando el único sueño que tenías de repente se hace trizas? ¿Qué puedes hacer cuando lo mismo que da- ba sentido a tu vida ahora amenaza tu supervivencia? Al principio de The rider, tras una caída casi mortal durante un ro- deo, los médicos acaban de recomendar a Brady (Brady Jandreau) que nunca vuelva a subirse a un caballo. Lo vemos con el cuerpo encogido, los ojos encapo- tados, la cabeza gacha; es un revés que no puede tolerar. El peso de los ideales que imperan en su claustrofóbica comunidad, un lugar perdido en la América profunda donde para ser un hombre hay que ser un vaquero, aplasta sus hombros como nunca antes lo hizo.
DESTRUCCIÓN FÍSICA Y PSICOLÓGICA
Se mire como se mire, la segunda película de Chloe Zhao es un wéstern que celebra la belleza de las llanuras abiertas y los majestuosos atardeceres y los galopes contra el viento esquivando el sentimentalismo sin sacrificar el lirismo. Pero también, en parte, se dedica a deconstruir un género edificado sobre mitos como el de la valentía y el de la libertad. Zhao captura la sensación de liberación que los jinetes de rodeo sienten, aunque solo sea durante ocho segundos, pero también sugiere que la vida de esos jóvenes a menudo conduce a la destrucción física y psicológica.
Mientras tanto, la película también funciona como retrato de la conexión
FUSIONA EL VERISMO DEL CINE DOCUMENTAL Y LA POESÍA QUE LA FICCIÓN ES CAPAZ DE GENERAR
táctil y espiritual entre hombre y animal. En una larga y asombrosa escena, con- templamos cómo Brady se acerca a un caballo aparentemente indomable y, de forma paciente y casi milagrosa, estable- ce con él una relación simbiótica: a me- dida que amansa a la bestia, también él parece encontrar la paz. Y cuando logra escaparse a hurtadillas y subirse a un ca- ballo para atravesar la llanura, algo cam- bia en el joven y en el mundo que lo ro- dea. En esos momentos, la desolación y la miseria parecen desvanecerse.
The rider está inspirada en la vida re- al de su intérprete protagonista; la pro- pia familia de Jandreau encarna a la familia de su personaje. Recreando sucesos que tuvieron lugar hace unos años, y usando para ello a las mismas personas que los vivieron, Zhao fusiona el verismo consustancial al cine documental y la poesía que la ficción es capaz de generar para crear un híbrido íntimo, elegante e intensamente seductor. El recóndito espacio entre el neorrealismo y la no ficción en el que esta película existe es uno de los lugares más singulares y hermosos que habrás tenido ocasión de visitar desde una sala oscura en mucho tiempo. —