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EL BULLI DEL ARTE FLORAL EL NEGOCIO OCUPA UN EDIFICIO INDUSTRIAL DE 1.000 METROS CUADRADOS DEL SIGLO XIX
Flowers by Bornay, en el barrio de Sants, es un referente mundial que igual vende al comprador anónimo que decora estancias de ‘celebrities’
«Flowers by Bornay es para el arte floral lo que Ferran Adrià fue para la cocina con- temporánea: revolucionarios», se puede leer en el libro-biblia de este gremio, For- midable florist. Esta firma, que comenzó su historia hace tan solo una década en Vilassar de Mar (Maresme), tradicional tierra de cultivadores y floristerías al por mayor, rápidamente destacó por su es- tilo único, inconfundible y muy original, lo que le llevó a convertirse en un refe- rente en el arte floral y a revestir y deco- rar con sus creaciones actos de todo tipo y estancias privilegiadas de anónimos clientes y de las más grandes celebrities alrededor del mundo.
Antes negocio de puertas cerradas, hace un par de años que abrió al público de la mejor forma y en el mejor lugar posibles: en el increíble e histórico espacio en pleno barrio de Sants donde antes se ubicaba el centro de jardinería El Hivernacle. Era un lugar tan apreciado que, tras su cierre en el año 2016, congregó a vecinos y fanáticos del lugar, que promovieron una campaña para buscar una alternativa adecuada para volver a disfrutar de su encanto.
La naturaleza hace bien las cosas, nunca mejor dicho, y Flowers by Bornay se convirtió en el nuevo inquilino de lo que había sido una fábrica de tintes décadas atrás. Un edificio de arquitectura industrial de finales del siglo XIX, de unos 1.000 metros cuadrados, con techos altí- simos y acristalados, inundado de luz, con paredes de obra vista y suelo de tie- rra rojiza, repleto, cómo no, de plantas, creaciones florales e incluso ¡un árbol tropical! plantado en el centro.
Así es el edénico Flowers by Bornay. «No voy a engañar a nadie. Nos sentimos muy afortunados de poder trabajar cada día en estas condiciones. Aún hoy, des- pués de dos años aquí, nos maravilla es- te escenario y ver a la gente flipando cuando entra», confiesa Joan Xapelli Bornay, dueño de la empresa.
Esa magia tan especial, insospechada cuando pasamos por delante del local, es lo que seduce a numerosos particulares y empresas que celebran actos especia- les en este oasis. Mientras, en la trastien- da, se sigue trabajando para crear arre- glos florales singulares que nada tienen que ver con los estándares canónicos de este arte. Todo lo contrario. Aquí todo es pura experimentación, innovación y transformación.
Explica Bornay que junto a su equipo creativo no tienen límites: «No somos jardineros. Somos un taller de puertas abiertas y por eso no tenemos horarios comerciales tradicionales. Simplemente, al trabajar entre semana, damos acceso a este local que merece la pena ver y donde se pueden comprar plantas verdes, cactus y arreglos florales».
INSPIRADOS EN LA CULTURA POPULAR
Pero lo que les hace diferentes es el uso de cualquier material para conseguir composiciones artísticas: plantas, flores, plástico, espuma… «Nuestro sello consiste en tratar y transformar con distintas técnicas los productos naturales. Y, para ello, nos inspiramos siempre en la cultura popular porque, a fin de cuentas, puede ser cualquier cosa: una canción, una película, un cómic, un libro, un plato, un personaje…».
Algunas de estas técnicas se pueden aprender en los cursos que se imparten en el mismo local, sean para profesionales que desean profundizar sus conocimientos en la materia o iniciados que, «por amor al arte», como dice Joan, quieren descubrir este tipo de manualidad. El método Bornay, de fama internacional, también ha quedado recopilado en el libro Arte floral. Un taller contemporáneo, que acaba de editar Gustavo Gili. —