Lo más parecido a un food truck de un festival.

Gringa, en el Raval, sirve comida callejera del sur de California en un ambiente muy musical

GRINGA ES, QUIZÁ, lo más parecido a un food truck de un festival de música que puedas encontrarte en Barcelona. O al menos, lo que más se acerca a su filosofía. Porque quienes andan detrás de este nuevo proyecto son la gente de Eureka Street Food, una de las camionetas pioneras en la ciudad (habitual en citas como Primavera Sound), y de Openmusic, empresa que lleva años organizando conciertos en lugares tan inopinados como lavanderías, tiendas de ropa de segunda mano y librerías. Y porque está al ladito de la sala musical Freedonia y a dos pasos de Apolo. Así que allí se puede ir cenar y luego a bailar. O al revés. Porque entre semana solo abre de noche y el fin de semana, también al mediodía, que es cuando sirven su brunch mientras, cómo no, suena la música.

Porque en este local sin adornos (bueno, sí, una máquina de arcade) y con la cocina en el centro de la sala, la música es muy importante. Por ejemplo, los martes, día que solo sirven burgers, pincha un dj. Y en el hilo musical siempre suena hip hop, underground y sonidos latinos que tanto se escuchan en Los Ángeles y que tan bien maridan con su comida callejera del sur de California.

BOCADILLO DE POLLO FRITO

En la carta destacan los tacos (de carnitas, de bacalao frito, de pollo, vegetales), los jalapeños rellenos de queso cheddar, los nachos, las hamburguesas y, sobre todo, un bun (pan de brioche artesanal) de pollo frito con coleslaw con lima, pepinillos y salsa de chipotle y miel que quita el sentido. Se puede acompañar todo con refrescos, cervezas importadas y cócteles como michelada, mojitos y margaritas (no faltan tequilas ni mezcales). —