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EL VINO COMO EXPERIENCI­A

Este espacio en pleno paseo de Gràcia anima a dejarse sorprender por más de 100 referencia­s, catas, una cocina de proximidad, jazz y muchas ganas de ‘jugar’

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Entrar en un local con más de 100 referencia­s vinícolas puede intimidar un poco. Pero, en cambio, esto no sucede en La Vinoteca Torres, porque tal y como asegura Yago Lozano, mánager del restaurant­e que la Familia Torres tiene en pleno paseo de Gràcia, “aquí uno viene a jugar, a divertirse, a descubrir…”. Y para que así sea, tienen infinidad de opciones: casi todos los vinos a copas, una gastronomí­a de proximidad, diversas catas, menús para grupos, un ciclo de jazz los miércoles y el brunch del domingo.

Razones de sobra para romper con un doble prejuicio: que el vino es algo complicado y que en la zona solo hay locales para turistas. Estos son dos de los objetivos que encara La Vinoteca Torres, que cuenta con el chef Carlos Londres en los fogones y el asesoramie­nto gastronómi­co de Mercès para crear una carta a la altura de la bodega. Esta última, formada por todas las referencia­s y DO en las que está presente la familia, así como por las bodegas que forman parte de la asociación Primum Familiae Vini.

Hay diversas formas de jugar. La terraza o las altas barras de madera son el lugar ideal para dejarse aconsejar por los sumilleres de la casa. “A veces surgen catas de forma espontánea, con medias copas, en las que simplement­e uno ha de dejarse sorprender, sin barreras ni miedos”, afirma Lozano. Y para acompañar, tapas como una versión propia de patatas bravas o las nuevas gyozas de langostino y butifarra.

Pero también se puede ir al fondo del binomio entre vino y cocina, o lo que ellos definen como enogastron­omía.

Londres ha ideado una carta basada en productos de temporada y de kilómetro cero, con platos inspirados en el recetario catalán con toques de su Perú natal y otras cocinas internacio­nales. Y siempre pensados para maridar, aunque sin reglas estrictas. “Al final quien manda es el paladar del comensal”, apunta.

EN COMPAÑÍA. Otra forma de disfrutar de La Vinoteca Torres es en grupo, y existen diversas maneras de hacerlo. Por ejemplo, con varios menús de degustació­n enogastron­ómica o con las catas guiadas por un sumiller. Hay de todo tipo: de iniciación, acompañada­s de quesos, premium, con maridaje ....

Y para vivir el vino de forma aún más informal, dos propuestas que apuntan a un público más joven. Por un lado, el ciclo Nights of Wine and Roses que tiene lugar cada miércoles para degustar vinos a ritmo de jazz. Y los domingos toca brunch, con bowls y huevos benedictin­os, acompañado­s con cócteles vinícolas que, de nuevo, demuestran que La Vinoteca Torres da mucho juego.

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