El Periódico - Castellano - On Barcelona
Leto, retrato de la escena rockera de la Leningrado de los 80.
La nueva película de Kirill Serebrennikov se sitúa a medio camino entre el musical, el romance, el documento histórico y la denuncia política
Sobre el poder del rock‘n’roll como agen- te de rebelión se ha dicho tanto que a es- tas alturas se ha convertido en mero cli- ché, pero Leto deja claro que hubo un tiempo en el que ese poder realmente significaba algo. Inspirado en la vida real de los músicos Viktor Tsoi y Mayk Naumenko, el nuevo trabajo del director ruso Kirill Serebrennikov retrata la acti- va escena rockera de la Leningrado de principios de los 80, cuando un grupo de jóvenes desafiaron las rígidas tradiciones soviéticas para buscar sus modelos en Occidente –Lou Reed, David Bowie, Iggy Pop, Marc Bolan, Blondie–, y alla- naron el camino para los severos cam- bios culturales que vendrían después.
Mientras traza la complicada relación creativa entre Naumenko y Tsoi –el uno, el mentor venido a menos; el otro, el alumno que empieza a eclipsar al mentor— y al mismo tiempo los convierte en sendos vértices de un triángulo amoroso sorprendentemente tierno, la película derrocha una pasión y un idealismo juvenil totalmente carentes de cinismo. Ha sido rodada en blanco y negro, e incluye momentos de animación que evocan la estética de los primeros años de la MTV y a un personaje que rompe sucesivamente la cuarta pared para comentar la acción o mostrar a cámara un letrero en el que se lee «ESTO NO SUCEDIÓ».
TEXTURAS Y ATMÓSFERAS
La idea es menos recrear el periodo con exactitud histórica que evocarlo tal y como existió en las fantasías de quienes lo vivieron, y eso explica que Leto no pres-
LA CINTA RETRATA LA ACTIVA ESCENA ROCKERA DE LA LENINGRADO DE LOS AÑOS 80
te tanta atención al detalle argumental como a la creación de texturas y atmós- feras. Serebrennikov no se molesta en identificar a muchos de los personajes ni en explicar las circunstancias que los lle- varon a unirse; prefiere dejar que la cá- mara se pasee libre entre fiestas playeras iluminadas por hogueras y viejos apartamentos en los que los músicos se encuentran para apreciar las canciones de sus ídolos y discutir su significado, y que visite las salas de conciertos estata- les, en las que un público estrictamente vigilado era obligado a permanecer sentado y reprimir sus impulsos bailongos.
Considerada por sí sola, Leto parece contentarse con recordar con nostalgia un tiempo en el que, decimos, la disensión acarreaba consecuencias de verdadero peso; sin embargo, las circunstancias que la rodean demuestran que las cosas no han cambiado tanto. Serebrennikov se encuentra actualmente en situación de arresto domiciliario, acusado de fraude, pero probablemente sea por sus opiniones sobre el régimen de Vladímir Putin. Él es la prueba de que las películas sobre artistas que sufren el desprecio y la censura de gobernantes represores siempre son relevantes. —