El Periódico - Castellano - On Barcelona
LA MASA DE LA ‘PALA’, PIZZA OVALADA, ES ALTA Y CON MÁS OJOS QUE UN ACUEDUCTO ROMANO
La Balmesina
Balmes, 193. Barcelona T: 93.415.62.24
Menú de mediodía
11,90 €
Precio medio (sin bebida)
15 € meridional a Sasà Martucci y se siente próximo a Renato Bosco.
Massimo estudió política pero lo ganó el vino: sigue lo natural –la carta vale la pena con 40 referencias elegidas a conciencia– y abre un tinto de Cos (Pinthos Rosso: muy bien) y continúa con la burbuja de Poggio delle Grazie. Acomodo el estómago con la correcta berenjena con tomate, mozzarella y mayonesa de albahaca. Pan hecho por ellos, claro que sí.
Me arremango para lo que viene: cinco pizzas. La citada con cecina (¿otro trozo?, vale), precedida de una con tomate de Barbastro («tiene poca agua»), burrata y pesto y seguida por la tonda de espelta (borde más bajo), buena también, pero con otro sabor gracias al viejo cereal, y cubierta con espárragos, mozzarella, tomate semiseco y pecorino. La temporada condiciona los ingredientes.
Dos trozos de pala para acabar, y que casi acaba conmigo: una, con ‘nduja (sobrasada picante), cebolla y aceituna y la otra con crema de espárragos y coppa. Qué masa: alta y con más ojos que un acueducto romano. El agua da ligereza. Se teme la alta hidratación porque la pasta es compleja de manejar. Cabeza de arquitecto y manos de maestro de obra.
Vayamos a la pregunta: ¿por qué tan pocas mujeres hacen pizza? Dicen que los sacos de harina son pesados, las temperaturas del horno, altísimas... Bla-blabla. Excusas. ¡Que la pizza no sea el último refugio del macho! –