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LA MELENA DEL PODER

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Las dos herederas del momento, Ivanka Trump y la televisiva Siobhan Roy (‘Succession’), comparten cuitas y peinado

A ESTAS ALTURAS de la temporada, el corte de pelo más comentado por los hermeneuta­s de la moda y los estilos de vida –un género apasionant­e– es la proclamada melena del poder, que no es otra cosa que un bob largo y liso que ha recibido este apodo porque a) con él han reaparecid­o este otoño dos de las herederas más televisada­s del momento y b) hay consenso en que el nuevo peinado es capaz de telegrafia­r cálculos, emboscadas e intrigas.

La primera heredera en cuestión es Siobhan Roy, que en la segunda temporada de Succession ha coreografi­ado su encarnizad­o asalto a Camelot con pantalones de cintura alta, cuellos de cisne y un corte tan afilado como el verbo. Sin duda comparte cuitas con Ivanka Trump, que según los corrillos de Washington ha empezado el nuevo curso pidiendo paso después de haber reculado posiciones en la escala de favores paternos y haber descubiert­o –segurament­e con la ayuda de los memes que desató su disparatad­o paso por el G-20– que, quizá, el atajo más directo al poder iba a ser más complicado que plantarse en el ala oeste de la Casa Blanca y departir con la élite mundial.

Como tantas otras veces en esta fase de tardocapit­alismo decadente, parece que en la génesis de esta última evolución del bob está de nuevo Kim

ANNA WINTOUR HA CONVERTIDO EL ‘BOB’ EN SÍMBOLO DEL EMPODERAMI­ENTO CORPORATIV­O

Kardashian, que en junio se presentó en la Casa Blanca en calidad de asesora en asuntos de reinserció­n penitencia­ria. Y para escenifica­r que, quizá, ahora le interesan más la influencia y su carrera de Derecho que la celebridad chiflada, se presentó con un sobrio traje chaqueta y este peinado que la cultura popular relaciona con el poder y la autoridad desde que la jefa del Vogue norteameri­cano, Anna Wintour, lo tomó del Swinging London y lo reconvirti­ó, junto con sus gafas de sol, en la imagen del empoderami­ento corporativ­o.

Antes de eso, cuenta la leyenda que fue la propia Coco Chanel la que se inventó el corte un día que se le quemaron las puntas con el secador, Ante las prisas, cogió las tijeras, trinchó su melena y llegó a la ópera diciendo que «una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar de vida». Sin duda, a la modista, truculenta y fantasiosa, le habría fascinado que casi un siglo más tarde el bob, su bob, tomara tintes tan macbethian­os. —

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