El Periódico - Castellano - On Barcelona
TAMINO ENTRE DOS AGUAS
El ascendente cantautor pop llega a La [2] de Apolo con aires de casi estrella. Trae a Barcelona su mezcla de pop alternativo y aromas tradicionales árabes
Horario Viernes, 13, a las 21.00 horas
UN ‘CROONER’ de voz grave y sedosa canta White Christmas y parece que la escena navideña se repita una y otra vez, como los personajes atrapados en una bola de cristal nevada. Pero como dicen los Rolling Stones, hay que pintar las cosas de negro para darles algo de ritmo. Y eso es precisamente lo que hace Moritz con el lanzamiento de la edición limitada de su Negra, que por primera vez desde su reaparición se presenta en botella de medio litro de cristal disponible en tiendas de alimentación, bares y restaurantes.
La excusa perfecta para romper la rutina navideña y poner sobre la mesa una cerveza que destaca por un color negro de gran intensidad pero que, como demostración de que los prejuicios no valen para nada, es muy fácil de beber. Su tono se debe a la malta y a la cebada, que han pasado por un proceso de torrefacción. Gracias a una espuma nitrogenada, densa, fina y adherente, los aromas tostados a café y regaliz se revelan con facilidad y permanecen en la copa hasta el último trago, igual que las ligeras notas de cacao.
Como se trata de una edición limitada, la campaña publicitaria también lo será. Por eso, habrá una sola marquesina en toda Barcelona (en plaza de Catalunya), un solo autobús Moritz Negra, un solo Seat 600 negro recorriendo las calles, una sola valla (en Aragó con Casanova), un único tranvía…
HAY DOS TIPOS de personas en este mundo. Por un lado, los que dedican la mañana del 1 de enero a dormir o, sin eufemismos, a superar la resaca como buenamente pueden. Por el otro, los que buscan comenzar el año con energía mediante alguna actividad al aire libre. En los países del norte de Europa es tradición acudir –o ver por la tele– el concurso de saltos de esquí de Garmisch-partenkirchen (Alemania). En Barcelona, en cambio, algunos osados prefieren acercarse al mar para darse un buen chapuzón en el Mediterráneo.
El restaurante Salts, ubicado en la terraza de la Piscina Municipal de Montjuïc (es decir, las Picornell), propone ahora una modalidad que une ambas tradiciones: invitan a saltar a la piscina desde el trampolín el primer día del año. Una manera de entrar en la nueva década dejando los miedos atrás y que, como contrapartida, ofrece a los valientes chocolate con melindros y una Moritz bien fresquita.
El Salts fue una de las novedades culinarias más destacadas del pasado verano, nacida de la mano de Marc Ros, también responsable de la Caseta del Migdia. Su punto fuerte son unas vistas a Barcelona que remiten a las imágenes míticas de los Juegos Olímpicos, con los saltadores ejecutando sus piruetas con la ciudad de fondo. Su cocina es non stop, con ensaladas, pizzas, bocadillos y hamburguesas. Los martes de verano tienen un pack para cenar y luego darse un remojón. Pero, para eso, habrá que esperar aún unos meses.