El Periódico - Castellano - On Barcelona
Tres azoteas para gozar del invierno
¿Frío? Tampoco tanto. Pero da igual que apriete mucho porque en estas tres terrazas de hotel te calentarás comiento y bebiendo que da gusto
Parece que el frío anda un poco perezoso y le está costando llegar a estas latitudes, así que resulta más fácil apostar por espacios que serían la primera opción en otras épocas del año. ¿Qué tal una azotea de hotel para ir a comer o a cenar? Te proponemos tres opciones en las que disfrutarás de la manduca, de las vistas e incluso de esta primavera eterna por culpa de un cambio climático que, por momentos, mientras estés allí arriba –admítelo–, te preocupará un poquito menos.
1. CLARIS
Las terrazas no son solo para el verano, por mucho que la del Hotel Claris (Pau Claris, 150) fue la primera que abrió al gran público, hace ya unos cuantos años, para inaugurar la temporada estival. El resto de la competencia siguió su ejemplo al descubrir que tenían un tesoro escondido allí arriba. Tiempo después, para seguir diferenciándose de los demás, los responsables del establecimiento tuvieron la feliz idea de convertirla en un espacio gastronómico de primer orden con el fichaje de Aurelio Morales, que tiene una estrella Michelin por el restaurante madrileño Cebo. Yeyo, que es un crack de los fogones, no falla nunca, y así lo demuestra carta tras carta en lo alto del Claris, cuya segunda –y acertada– decisión fue alargar la temporada de la azotea a los meses de invierno, para alegría de los gurmets.
En este espacio elegante pero informal, puedes probar platos de sabores intensos y contundentes para estos meses más fríos. De la nueva propuesta destacan, por ejemplo, la croqueta de queso Idiazábal y cecina de León, el arroz de ceps a la brasa con trufa blanca y carbonara vegetal, el canelón de carabinero y el jarrete de wagyu. Ah, y no temas por el frío: por mucho que la rasca apriete a ras de calle, en la terraza no lo notarás porque está totalmente cubierta.
2. PULITZER
Ahora subimos a lo alto del centriquísimo Hotel Pulitzer (Bergara, 8), a medio centímetro de la plaza de Catalunya y la calle de Pelai. Y lo hacemos cualquier sábado o domingo a partir del mediodía y hasta que se apague luz –natural– pa
ra tomar un vermut al solete en su coqueta terraza mientras suena la música que pincha un dj en directo. Aquí, con una mantita en el regazo (puedes pedirla, que la tienen) o junto a una estufa, en vez de ver ponerte a ver una serie en la tele haces un aperitivo a base de tapas y platillos inspirados en las tascas de la Barceloneta: croquetas de pollo y trufa, ensaladilla rusa, patatas bravas... pero también algo más internacional. Como guacamole y dips de humus. Te molará la barbacoa –ese clásico de cualquier terraza que se precie–, de la que salen platos como el brioche de Butifoie, con salsa Jack Daniels, manzana verde y pimiento verde, o el pan plano hecho al momento con albahaca, calabacín asado, tomate seco y piñones.
¿Que vas en pareja? Tienes la opción
con tablas para dos. ¿Que vas con niños pequeños? Sin problemas; ocupados estarán atacando la miniburger de pollo frito y empinando el codo para apurar cada vaso de mosto tal si fuera el mejor vermut que hayan probado en su vida.
3. ALMANAC
Almanac Barcelona (Gran Via de les Corts Catalanes 619-621), muy cerquita del paseo de Gràcia, también se apunta al terraceo invernal. El hotel fue premiado recientemente como el mejor de Barcelona en los Readers’ Choice Awards 2019 de Condé Nast Traveler. Si quieres comprobar hasta qué punto es merecido el premio, puedes pasarte por Azimuth Rooftop Bar, que así se llama su azotea (una zona está cubierta y otra, al aire libre), que ha cambiado la decoración para estos meses y ahora es más cálida y acogedora. También la oferta coctelera (tragos clásicos, ahumados, sin alcohol...) y gastronómica también van más en consonancia con estas fechas: jamón de bellota cortado a mano, quesos artesanales, pastrami de ternera con mostaza casera a la cerveza y encurtidos, tartar de salmón ahumado...
Quien quiera probar un vermut con productos de La Cala de Albert Adrià deberá pedir mesa los domingos entre 12.00 y 14.00 horas (ofrecen actuaciones musicales una vez al mes). Y el buen ambiente está garantizado con las sesiones de dj cada viernes y sábado, de 19.00 a 23.00 horas. La terraza estará abierta hasta marzo de miércoles a sábado, de 17.00 a 1.00 horas y los domigos, de 12.00 a 21.00. —