El Periódico - Castellano - On Barcelona
Adiós, ‘ramen’; hola, ‘escudella’
Joan Junyent y el cocinero David Rodríguez ofrecen dos días a la semana el servicio completo de un plato emblemático
La sopa ha desaparecido de la mayoría de restaurantes probablemente por su mayor virtud: recuerda quiénes fuimos antes del glamur y del arroz con bogavante. Es una bola de cristal turbia en la que vemos antepasados y penurias.
Reivindico esos líquidos donde se concentra el tiempo.
En otro ejercicio de incoherencia y banalidad, baja el cocido y sube el ramen, que es lo mismo solo que a la japonesa, deslumbrados por cualquier cosa que llegue del Imperio del Sol. Hípsters en fila para comer fideos y en estampida si son convocados en torno a la olla familiar.
Querría escribir que la escudella es tendencia, pero sería una falsedad ilusionante. En busca de consuelo, me siento en el restaurante Windsor, con nombre de localidad inglesa, apellido monárquico y castillo. Estos bajos del Eixample van camino de los 25 años y al frente sigue Joan Junyent, que comenzó casi niño y hoy es copropietario.
Joan quiere sacudirse de encima cualquier idea clasista relacionada con el lugar: «Queremos que la gente venga relajada y que no nos juzgue por las columnas de la entrada y los techos con molduras». Reservados, comedores, terraza interior y un hermoso mueble recién adquirido para quesos.
Se estrenó como la arrocería Bel-air y después mutó en este Windsor especializado en cuina catalana y que debería profundizar en el sintagma. En eso están, dice Joan. Dirige la sala Tomàs Hurtado y la cocina, David Rodríguez.
He venido en busca del paquete completo, que es la escudella i carn d’olla, porque si bien en Barcelona resulta factible encontrar un platito de caldo con pasta es improbable zamparse el contenido en varios servicios. La crisis