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IRSE DE ESTE MUNDO NO SALE GRATIS
Carmen Marfà y Yago Alonso presentan su nueva comedia en la Flyhard. Transita entre el humor negro y el costumbrismo a partir de algo tan cotidiano como el coste de un funeral
El eslogan de la obra ya es de un ingenio revelador. «¿Sabes qué hay después de la muerte? Gastos». Así se presenta Instruccions per enterrar un pare, el segundo montaje que presenta en la Sala Flyhard el tándem Carmen Marfà-yago Alonso, después de la exitosa Ovelles, pieza que recuperará La Villarroel en mayo. Antes que nada, hay que apuntar que esta entrega se mueve por caminos similares a la anterior. Estamos ante una comedia negra sobre lo costoso que puede llegar a ser un entierro, y más si tienes telarañas en tu cuenta corriente.
Es lo que le ocurre a Toni (Eduard Buch), un profesor de ánimo apesadumbrado que malvive haciendo suplencias, y al que le cuesta superar que su mujer le haya dejado por otro. Su padre acaba de morir y él no dispone de los 8.000 eurazos para pagar un entierro al uso, con música en directo, recordatorios y un estiloso modelo Nazareth Nogal como féretro. Es el deseo de su madre, Aurèlia (Teresa Vallicrosa), que quiere despedir com cal a Ovidi, su marido a lo largo de 50 años. Y que falleció como un angelito mientras dormía.
LA COMEDIA VA SOBRE RUEDAS CON UN TEXTO INGENIOSO Y ÁGIL Y UN EQUILIBRADO REPARTO
SIN UN DURO
Si la viuda espera un entierro modélico, la nieta Emma (Sara Diego), o sea la hija de Toni, está al tanto de que su padre no tiene un duro y que la opción de obtener un préstamo para el entierro lo tiene más cuesta arriba que subir el Everest sin oxígeno. Emma le plantea sin éxito donar el cuerpo a la facultad de medicina y se convierte en una forzada cómplice de la alternativa –que la abuela no debe conocer– a la que se ve abocado su padre: enterrarlo por su cuenta. Así no deberá llamar a los allegados ni a «los primos de Soria», como tanto le insiste
Aurèlia. Todo acabará siendo bastante más íntimo, informal, estrambótico y, a la vez, del gusto de todos.
Con Instruccions per enterrar un pare viene pronto a la memoria la figura de Rafael Azcona, el genial guionista de películas como El pisito o El cochecito, dirigidas por Marco Ferreri. El humor negro de esas comedias se revela como un referente –voluntario o no– de la pieza. Está en la propia situación planteada, las apreturas para pagar un entierro, o en los personajes: el padre superado por todos lados, la hija millennial o la abuela, un tieta de toda la vida.
Eduard Buch da el tono de ese hombre que se enfrenta desesperado a un callejón sin salida, aunque al final halle un resquicio. Te dan ganas de saltar de la butaca para ir a consolarle y darle un abrazo. La joven Sara Diego deja huella de actriz a considerar y siempre mantiene el tipo. No en vano cuenta con antecedentes familiares de primera. Su segundo apellido es Boladeras: es hija de Gabino Diego y de Rosa Boladeras. A
quien le sobran kilómetros de carrera profesional es a Teresa Vallicrosa, y bien que lo demuestra. Habitual del género musical, aquí también lo borda en la comedia. Lleva en ocasiones su personaje a la escala más histriónica, pero es que Aurèlia lo pide a gritos.
Buch, Diego y Vallicrosa, por lo tanto, nunca titubean en una pieza de nítida escritura teatral, réplicas ingeniosas, con sus dosis de emotividad en un entorno costumbrista, y personajes perfilados con solvencia. Y que, además, en esa acogedora intimidad de comedor que siempre propone la Sala Flyhard funciona de forma bien engrasada.—