El Periódico - Castellano - On Barcelona
Da Souza, en La [2] de Apolo
El grupo mallorquín sigue buscando y encontrando la canción pop perfecta en ‘Salsa agredolça’, disco que presenta en La [2] de Apolo
El cuarto disco de los mallorquines, pero casi todos ellos residentes en Barcelona, Da Souza se llama Salsa agredolça justo por lo que crees: ese es el condimento esencial de su receta para la canción pop perfecta. «Nuestros temas tienen ese toque en lo emocional: un punto luminoso y otro más triste», explica Lluís Cabot, voz, guitarra y compositor principal. «Es algo que nos gusta de las canciones. Lo hemos tenido desde siempre».
Sobre todo, opina este cronista, desde el gran Gran salt endavant del 2016, en el que abrieron su rock ágil a las melodías tristes y empezaron a sonar, por momentos, sólidamente ensoñadores. «En cada disco tratamos de cambiar un poco el planteamiento», dice Cabot. «Entre los dos primeros, pudo haber un salto estilístico; quisimos incluir cosas más melódicas. El nuevo es bastante continuista respecto al anterior».
A veces, la falta de grandes noticias significa buenas noticias: Salsa agredolça prorroga la belleza melódica de Futbol d’avantguarda (2018), esa dulce melancolía que puede venir (o no) del hecho de haber crecido en una isla. «Ser de una isla, estar rodeado de agua, seguramente influye. Pero también tener dos casas, que es como no tener ninguna a la vez». De los cinco del grupo, cuatro viven en Barcelona. En una sala clásica de su segunda casa, Apolo (sala 2), presentarán el nuevo disco este jueves, día 19, con los también mallorquines Marialluïsa como primer plato.
FRIKADAS
El disco, aunque gozosamente continuista, no es pura repetición de esquemas: hay desarrollos instrumentales inesperados y, en general, lo que parece una nueva atención al sonido. «Es el disco al que hemos podido dedicar más tiempo y recursos. El que sentimos como más nuestro. Tuvimos libertad para meter frikadas, algo que en el anterior no pudimos hacer por cuestiones de tiempo».
Los productores Jordi Matas (Ferran Palau, El Petit de Cal Eril) y Pau Riutort (Beach Beach, Extraperlo) les acompañaron durante la grabación y también en las primeras etapas del proceso, lo que les permitió diseñar un disco con más pequeñas escapadas experimentales; o dicho de otra manera, frikadas. Con delicias esponjosas como Metres per segon o He sortit de casa se acercan al pop metafísico de Ferran Palau y Joan Pons,
«gente muy cercana a nosotros», dice Cabot, «aunque más a nivel de sonido que de composición o letras».
A la hora de preparar las letras de un álbum, el grupo suele decidir un concepto del que partir; en este caso, la salsa agridulce. Cuando la inspiración falla solo tienen que preguntarse: «¿Qué habrían hecho Antònia Font?». «Es que siempre están ahí», dice Cabot. «Desde que éramos pequeños, nos encantaba su forma de contar las cosas. Mientras preparábamos este disco, también me obsesioné con el escritor Jim Dodge, aunque no sabría decirte cómo pudieron influirme esas lecturas». Bueno, quizás en algunos momentos de controlada explosión psicodélica. En las frikadas.
UN GRUPO DE AMIGOS
El repertorio de Salsa agredolça no es, sea como sea, solo obra de Cabot. Como en Futbol d’avantguarda, Xavi Hernández (guitarra y voz) aporta un par de temas, las emotivas Aeròlits y Un punt blau. Esta vez, además, el batería Àngel Garau aporta, de su propiedad, Tira-tira, que quizá despierte de nuevo las comparaciones entre Da Souza y los clásicos modernos Real Estate. «Me encanta que otros componentes puedan aportar canciones», dice el compositor principal.
«Así el disco tiene más variedad y, de paso, damos más sensación de grupo».
Nadie que haya visto alguna vez a Da Souza en concierto pondría en duda que estos chicos son una piña. En la crónica de un concierto suyo en Heliogàbal en marzo del 2018 escribí estas líneas: «Justo después de una gran El somni s’ha acabat en sintonía con Wilco, [Àngel Garau] nos avisó de que ahora hablan poco entre las canciones (…) Todo mentira, para la suerte de los muchos amigos y familiares (pero también muchos fans sin ligazón personal con el grupo) reunidos en el bar».
«¡Ahora es verdad!», avisa Cabot entre risas. «Como somos un grupo de amigos, a veces se nos olvida que estamos delante de gente. Y eso está bien en el Heliogàbal, pero quizá no en sitios donde quizá no te conocen. Hemos reducido el tiempo de monólogos cómicos, pero sigue habiendo cosas».
Del nuevo directo, el (relativo) líder del grupo avisa de que aún está en proceso de elaboración. «Solo hemos dado un concierto con este disco por ahora [el 18 de febrero, en el Teatre Principal de Palma]; todavía no sabemos por dónde tirará». Nos conformamos con saber que habrá canciones de Salsa agredolça y que, eso, «sigue habiendo cosas». —