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‘POR 13 RAZONES’
Katherine Langford, la actriz que da vida al personaje central de la serie, analiza el drama del acoso escolar y que puede llevar al suicidio.
«Sería raro que me ofrecieran un papel más difícil en mi vida. Y difícil conseguir uno mejor»
Puede costar creerlo, pero Katherine Langford (Perth, Australia, 1996) solo había rodado un corto (un buen corto, Daughter, proyectado en Cannes) antes de rodar Por 13 razones. Sorprendió a propios y extraños con su matizada interpretación de Hannah Baker, una adolescente movida hacia la peor decisión imaginable a causa del bullying y una violación.
Por 13 razones, temporada uno, se convirtió en un éxito tan grande para Netflix que una temporada dos estaba cantada, aunque su personaje principal falleciera en la anterior. Quizá por miedo a no repetir el éxito (y saber que en Langford descansaba gran parte de la fuerza emocional de los primeros episodios), los responsables no han querido desembarazarse de Hannah Baker en la segunda entrega, que llegó a la plataforma este viernes, 18 de mayo (toda completa). La propia actriz quedó sorprendida por la decisión, como nos contó hace unos meses durante el rodaje de la serie en Vallejo (California), cerca de San Francisco. –¿Qué sintió cuando supo que la necesitaban de nuevo para la segunda entrega? –La pregunta que me hacía todo el mundo es: «Pero ¿qué haces esta temporada?». Y yo misma no sabía contestar. Después de saberlo y de haber rodado casi toda la segunda temporada, me siento contenta de haber vuelto. –¿Queda mucho por contar sobre Hannah? –En la primera temporada, contamos su historia de forma tan exhaustiva que, desde luego, me parecía extraño ser ella otra vez. No sabía cómo acabaría todo, ni cuál era exactamente la historia. Fuimos viendo lo que funcionaba, lo que no nos parecía bien… Y, tras muchos retoques, creo que hemos completado un retrato muy complejo del personaje. –Si la serie fue un fenómeno, fue en parte porque hablaba de cosas de las que no se suele hablar, y que preocupan a mucha gente. Los abusos emocionales y físicos, el problema del suicidio. ¿Sentían mucha responsabilidad? –Yo empecé a usar las redes sociales por Hannah. Tenía mis propias ideas, muy férreas, sobre lo que significa ser actor, y no me atraían las redes sociales; quería concentrarme en la interpretación. Pero cuando haces una serie así, has de aceptar la responsabilidad. Yo quería estar ahí para cualquiera que se sintiera identificada con Hannah. Estar ahí para esas personas en una plataforma que creía accesible.
«Trabajé con psiquiatras y especialistas para tener varios puntos de vista de lo que le pasaba a mi personaje»
–Es un trabajo como terapeuta que ha tenido que añadir a su labor como actriz. –Es un asunto peliagudo, porque tengo 20 años, no soy ninguna experta. Solo puedo ayudar hasta cierto punto. Lo que trato de hacer con las redes sociales es, sobre todo, pasar enlaces útiles a la gente. Y tratar de dejar claro que siempre existe ayuda ahí afuera.
–En la recta final de la primera temporada tenía escenas muy difíciles. Por entonces, además, era una actriz poco experimentada. ¿Fue difícil?
–Tenía muchas escenas difíciles de hacer, no solo por el contenido, sino también porque se hacen muchas tomas y debía repetirlas sin parar. Sería raro que me ofrecieran un papel más difícil en toda mi vida. Pero también será difícil que consiga uno mejor.
–¿Le ayudaba el equipo a sentirte más tranquila? ¿Cómo era el proceso de preparación para las escenas más complicadas?
–Todo el equipo creativo quería tratar estos temas con mucho respeto y sensibilidad. Respeto también hacia la novela original de Jay Asher. Y hacia mí. Estaba rodeada de gente fantástica: Dylan [Minnette; el coprotagonista], o directores como Jessica Yu, que rodó el episodio 12, o Kyle Patrick Álvarez, que dirigió el 13… Todo eso me hacía las cosas fáciles.
–Los actores hablaron también mucho con terapeutas, ¿verdad?
–Pude trabajar con psiquiatras y profesionales especializados en estos temas, para asegurarme de tener diferentes puntos de vista sobre aquello por lo que estaba pasando Hannah.
–¿Cómo se vive con toda esa emoción intensa, delante y detrás de la cámara? ¿ Se lleva mucho a casa?
– Para mí el año pasado fue un constante aprendizaje. Sobre la labor del actor y sobre mí misma. He aprendido, sobre todo, a buscar un equilibrio en mi vida. Es muy importante buscar la forma de cuidarte a ti mismo. A veces nos olvidamos de ello. –Sin caer en mucho spoiler (aunque ya sé que no le dejan), ¿qué nos espera en la nueva temporada? Respecto de su personaje de Hannah, sobre todo.
–De Hannah, en realidad, no hay mucho más que decir. Sobre todo, seguimos la vida de otra gente y vemos cómo les afectaron los acontecimientos de la primera temporada. En la segunda, la imagen de Hannah se destruye, se reconstruye, se remodela… Para presentar lo mejor y lo peor de ella. Mostramos tantas facetas que al final te preguntas quién era realmente. Oiréis cosas de Hannah que os incomodarán, o sorprenderán, o chocarán. Pero te das cuenta que todo eso da igual: no se merecía lo que le pasó.
– ¿ Entonces la Hannah de las cintas no contaba realmente la verdad?
–Eso es algo que el telespectador se preguntará ahora: si decía la verdad. Digamos que contaba su verdad y ahora otra gente cuenta la suya. –Pero ¿Hannah sale en cada episodio? ¿Es un personaje importante de la nueva temporada? –Los fans verán más a Hannah de lo que esperaban, pero deberían prepararse para ver a una Hannah diferente. La vemos a través de
flash-backs, de los recuerdos de otra gente, o manifestaciones de lo que pasó antes de que muriera. También la vemos en el presente como una especie de proyección de Clay. No hemos definido lo que eso es aún. ¡No sé si soy clara! (risas).
–¿Y no tenéis algo de miedo a los fans? Quizá ellos no quieren que nadie les cambie su visión de los personajes.
–La idea, cuando volvimos, era no tratar de repetir lo mismo, sino de hacer algo que tuviera un efecto parecido. Brian [Yorkey, creador de la serie] quería buscar la misma verdad. No sé cómo responderá la gente, pero creo que esta temporada podría tener un gran impacto. O igual divide más, no lo sé. Eso tampoco sería malo.
–¿Qué diría a quienes sostenían que la serie glamurizaba el suicidio y era peligrosa?
–Estoy orgullosa del cuidado y el esfuerzo que se ha tomado al hablar de este tema en la serie, desde colocando avisos al principio de los capítulos complicados a la rigurosidad con que se ha abordado todo en términos legales. En esta temporada, el juicio sobre el caso de Hannah se basa en otros juicios que han sucedido en la realidad. No mostramos nada nuevo, no inventamos nada. Creo que por los temas que tocamos, siempre vamos a provocar reacciones fuertes. Pero esta conversación es una de las buenas consecuencias de la serie.
«Creo que, por los temas que tocamos, siempre vamos a provocar reacciones fuertes en el espectador»