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Raúl GÓMEZ
'MARATON MAN'
<<En el programa del canal #0 demostramos que en un marathon hay tantas historias como corredores>>
«Lo más emocionante es escuchar a personas que tienen grandes relatos de superación»
El comediante, presentador, maratoniano, actor, speaker, entretenedor… Raúl Gómez (Santa Coloma, Barcelona, 1982) es un ejemplo de la confluencia de los astros. Empezó haciendo televisión hace 15 años –con Jordi González, en el programa Vitamina N, de CityTV-, y lleva más de 10 corriendo maratones.
«Soy de las personas que, después de cruzar una meta, me gusta quedarme un ratito viendo a la gente pasar –explica Gómez–. Cuantos más kilómetros tiene la carrera, más emoción hay en las caras. Ves gente pasar sonriente, llorando, con un niño en brazos, empujando una silla de ruedas… Y siempre tenía en la cabeza la idea de que me encantaría hacer un programa en el que pudiera viajar por el mundo haciendo las carreras más locas del planeta, y poner el foco en dos, tres o cuatro corredores, porque en un maratón hay tantas historias como corredores. –Y por esas casualidades de la vida, ¿los astros confluyeron? –Pues sí, tuve la suerte de que Zanskar, la productora de Jesús Calleja y María Ruiz, ya había hecho un programa sobre carreras y como Calleja tenía en mente hacer otro sobre el running, pues nos juntamos el hambre con las ganas de comer. Y de ahí surgió Maraton Man. –¿Se puede decir que Maraton Man es una fusión con lo mejor de El foraster y Callejeros viajeros? – Bueno… Es un programa que, con la excusa de correr, viajamos a cualquier lugar del planeta. Una excusa que nos permite conocer a fondo los lugares, los países, y por la puerta de atrás. Pero, por encima de todo, lo que nos gusta es mostrar historias personales. Ese es mi motor. Además de medallas y dorsales, de estos viajes me traigo muchas lecciones de vida, porque para mí lo más emocionante y bonito es poder escuchar a personas que tienen grandes historias de superación. Siempre es un regalo para los oídos y para los sentidos comprobar cómo hay personas que cogen la vida de una manera tan valiente, siempre viendo el vaso medio lleno y con una vitalidad que asombra. – El secreto del programa es sin duda Raúl Gomez, pero ¿quién es Raúl Gómez? –[Ríe] Bueno yo he dicho en redes sociales que soy un entretenedor, sí, porque… Es que he sido tantas cosas... Pero lo que siempre intento es ser actor. Antes de entrar en el mundo de la televisión, ya trabajaba en bodas, bautizos y comuniones para entretener a los niños, como animador en fiestas… Siempre, toda mi vida, me he dedicado a entretener y a arrancar sonrisas. Ese siempre ha sido mi objetivo. Y, poco a poco, iba consiguiéndolo cuando, de repente, ha aparecido Maraton Man. Y aquí se han fusionado todas mis pasiones, que son viajar, correr y poder contar historias. Y meter en este batiburrillo de ingredientes el sentido del humor. Siempre con sentido del humor. –Sentido del humor, y algo de locura, porque, perdóneme, pero usted está un poco loco... –Sí, claro, lo que pasa es que la cordura está sobrevalorada. Y, efectivamente, hay quien considera que estoy un poco loco por hacer lo que hago. De hecho, antes de hacer Maraton Man ya me preguntaban por qué corría, por qué esas distancias, quién te manda meterte en eso…. Pero bueno, en casa ya saben que estoy un poco loco, y lo bueno del programa es que me dejan manga ancha para poder ser como yo soy. En Maraton Man se ve cómo soy yo realmente, para bien o para mal. Y a mí me gusta pasármelo bien, jugar con la gente…
«Toda mi vida me he dedicado a entretener y a arrancar sonrisas. Ese es mi objetivo»
–¿Nunca ha tenido problemas con su manera de ser, su humor y su locura? –Bueno, hubo una época que hacía cámaras ocultas y en aquellas situaciones, cuando no saben que les estás grabando, sí puede haber todo tipo de reacciones, pero no en Maraton Man. Llevamos ya 33 programas y nunca he tenido ningún problema. Y creo que la razón es que, con toda la locura que tengo y todas las ganas de pasármelo bien con personas de cualquier país, de
cualquier religión, de cualquier cultura, siempre lo hago con todo el respeto. Y la gente así lo entiende. Cuando viajo, voy con los ojos y la mente muy abierta y siempre trato a todo el mundo con cierto cuidado. Lo que pasa es que hay culturas en que, bueno, como soy un poco invasivo, y suelo abrazar mucho, según dónde he provocado sorpresa, y había quien preguntaba: «¿Quién es este?, ¿quién es este torbellino?».
–Pero como los maratonianos son buena gente, no pasa nada.
–Sí, es así. Intento que los valores del running se reflejen en el programa. Disfrutar del camino, echarle pasión a la vida, de ponerle metas e ilusión. Al final, es competir contra uno mismo y casi siempre sales ganando, porque es un deporte muy agradecido y hay una comunidad cada vez más grande. Y todos corremos de la misma manera en todo el mundo: zapatillas y p’alante... Bueno, hay algunos sitios en los que no tienen zapatillas, pero es donde más corren. Esos etíopes y kenianos, que son alucinantes.
– Con Santi Millán, además de amistad, tiene una sorprendente confluencia vital: actores catalanes televisivos, que hacen maratones y que están un poco locos.
–A Santi le tengo un gran aprecio, y me parece un ejemplo de trayectoria televisiva impecable, desde que salía en el show de Buenafuente, Creo que es un gran referente por esa locura de hacer tele de una manera tan natural. Sí, creo que tenemos algo en común, es una bonita comparación. A los dos nos gustan los retos, el deporte… A ver si un día de estos logro engañarlo y lo llevo por ahí a correr.
–Y esta cuarta entrega de Maraton Man ¿qué aporta de nuevo?
–Es una continuación de la tercera. Seguimos viajando lejos, visitando países exóticos, conviviendo con personas piel con piel, corriendo carreras diferentes y únicas y conociendo personas maravillosas.