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Álvaro Morte

«En `The head', el `Alien', el monstruo, somos nosotros»

- INÉS ÁLVAREZ

«Uno piensa: `Si estuviera en medio de la nada, sin poder escapar, y de pronto hay un asesino, ¿qué haría?'»

AÁlvaro Morte (Algeciras, Cádiz, 1975) el mundo entero (y no es una exageració­n) lo conoce por su papel de El Profesor en ese fenómeno que se ha convertido La casa de papel (Netflix). Sus fans tampoco olvidan al atractivo Óscar de El embarcader­o,que vivía asilvestra­do disfrutand­o del buen clima de la Albufera valenciana. Ahora, en cambio, lo vemos pasando frío (aunque ficticio) en plena Antártida en la serie The head (Orange TV). Ahí da vida a Pedro, el cocinero español, visceral y un tanto primario, de la estación Polaris VI , que sufrirá en su propia piel unos inexplicab­les asesinatos.

– ¿Satisfecho con este Diez negritos bajo cero que es The head?

– Sí, mucho. Una cosa que me entusiasma de este thriller es que tiene un corte clásico, que a mí siempre me ha gustado mucho, y todo eso que lo acerca a la modernidad. Y tiene algo muy apetecible, que es la parte inquietant­e de ponerse en la piel de cualquiera de los personajes y decir: «Si yo estuviera en una situación así, en medio de la nada, que no puedes escapar y, de pronto, hay un asesino entre nosotros, ¿que haría?» Porque a esa gente supuestame­nte la conoces...

«Realmente me entusiasma meterme en un personaje tan distinto a los de `La casa de papel' y `El embarcader­o»

– Inquietant­e, cierto.

– Si fuera como en la novela de Agatha Christie Asesinato en el Orient Express, que no se conocen... Y, además, de ese tren se pueden escapar, mientras que aquí debes estar en esa especie de prisión. En The head hay varios referentes. Además de La cosa, de John Carpenter, hay otro para mí muy interesant­e: Alien, el octavo pasajero. Están en el espacio, sin poder escapar y hay un monstruo contra el que deben luchar. Lo que pasa es que ahí sabemos quién es el monstruo y hay que buscarlo. Pero aquí el monstruo es uno de nosotros y no sabemos quién. Es más inquietant­e. Se sube un escalón.

– Aquí todos pueden ser el monstruo. Y todos ocultan algo.

– Es una de las partes importante­s de la historia. Porque ya solo el hecho de vivir en la Antártida, aunque no hubiera ocurrido un asesinato; estar obligado a convivir en un espacio muy reducido con gente a la que no puedes llamar ni siquiera amigos, porque son una especie de familia rara... Y tú tienes un habítáculo en el que te refugias y tienes tu lado solitario. Meterse en un thriller en el que vas descubrien­do las diferentes caras de los personajes es muy atractivo cara a la interpreta­ción.

– Ramón, su personaje, es muy visceral. ¿Representa al latino?

– (Ríe) No quisiera decir que los latinos sean así, pero sí que tiene una parte de latino de sangre caliente. Es como un animal que está hibernando y si le molestas, te puede dar un zarpazo. Es bastante animal. Real

una pasillo y aparecen en un túnel de hielo, Y cada parte está rodada en un sitio distinto. Y a nivel actoral, no sé porqué tenemos la manía de rodar unas escenas en la playa en enero, y al contrario (ríe). Hay una escena de El embarcader­o, en la que Óscar está bañándose y, aunque la serie parecía un verano eterno, hacía un frío horrible. Y más en el agua.

– En esta pasa lo contrario...

– Sí. Tiene que parecer la Antártida y estamos en Tenerife. Y los abrigos que llevamos son reales, los técnicos de las expedicion­es de la Antártida --no son livianos--, y las botas son auténticas. Tuvieron que inventarse unos chalecos con hielo para meter debajo de los abrigos y así poder soportar las temperatur­as, que eran impresiona­ntes. Pero cuando estás sometido a tanto calor, la sensación de agobio y de cansancio conecta con la de no poder respirar cuando estás a menos 40 grados andando por la nieve. Nos alivió pensar eso.

– Y, además, tienen que ver un desierto helado donde no lo hay.

– Pero nos tenemos que ir acostumbra­ndo a trabajar de esta manera. Vengo ahora de hacer The wheel of time (La rueda del tiempo), para Amazon Prime, y hay mucho croma. Lo que requiere un esfuerzo de generar en tu cabeza lo que se verá.

– Usted viene de un fenómeno mundial como La casa de papel. ¿Cómo se lleva tanta fama?

– Yo lo llevo bien. Con humor. Que te conozcan en cualquier parte del mundo tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que mucha gente quiere trabajar contigo. Y hay mucho reconocimi­ento de la serie. Pero se pierde mucha intimidad. Es un poco complicado. Pero cuando voy con mi familia ya he aprendido a decir que no a una foto o un selfi, básicament­e para protegerle­s.

– Ya no es el actor, es la persona. – Mis hijos tienen 5 años y no quiero que entren en esa dinámica. Yo antes decía que sí a todo el mundo, porque estoy muy agradecido y sé que estamos ahí por la gente que ha visto la serie. Lo que ocurre es que hay un momento en el que pasan de hacerte una o dos fotos a la semana a 50 al día. Yo me haría todas las fotos del mundo, pero hay que saber separar. Debo proteger a los míos.

– ¿Y que proyectos retomará? ¿La casa de papel 5?

– Tengo varios proyectos chulos de los que tengo ganas de formar parte. Espero que esto pase cuanto antes, porque es muy difícil trabajar así. Y que encontremo­s una vacuna para que no haya una nueva normalidad, si no la antigua forma de hacer las cosas. Ahora, eso sí, me encantaría que esta tragedia nos sirviera para avanzar como sociedad, que hayamos aprendido algo.

 ?? ORANGE TV ?? VARIAS CARAS. El actor, famoso por dar vida a El Profesor, tan calculador, en `La casa de papel', se mete aquí en la piel de un cocinero visceral.
ORANGE TV VARIAS CARAS. El actor, famoso por dar vida a El Profesor, tan calculador, en `La casa de papel', se mete aquí en la piel de un cocinero visceral.

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