El Govern y los sindicatos envían a Nissan el último pacto «matizado»
El preacuerdo en negociación incluye el nuevo turismo y un motor para BCN
La dirección de Nissan ya tiene sobre la mesa la última propuesta de los sindicatos y la Generalitat para intentar que la multinacional reconsidere su decisión de no producir en Barcelona un nuevo modelo. La base es el documento de nueve páginas titulado Preacuerdo de competitividad de Nissan Motor Ibérica, que se estaba negociando la semana pasada, más unas «matizaciones», según fuentes próximas a la negociación.
Ese preacuerdo, con fecha del 17 de enero, incluía el compromiso de la empresa de «optar en firme a la adjudicación de un nuevo modelo de pasajeros», así como a la consecución de un volumen adicional de 24.500 vehículos del pick up One Ton para Oriente Próximo y el motor denominado eReducer.
En conjunto, la inversión es la ya anunciada de 130 millones que permitiría crear 1.000 empleos. Con estas nuevas producciones, se conseguiría «minimizar el excedente temporal de 750 empleados permanentes en 2014». ANEXO AL PACTO / En el apartado de retribuciones, el más complicado en la negociación, se cerró un acuerdo por el que se introducía «una nueva referencia salarial para la contratación» de 25.641 euros brutos anuales –que supone una rebaja del 20% respecto del nivel actual– «compensada con formación».
En las últimas horas, el secretario de Ocupació del Govern, Ramon Bonastre, ha negociado con CCOO y UGT «algunas matizaciones» que probablemente se incluirán como un anexo, aunque no afectan el núcleo del acuerdo puesto que Nissan se ha negado a modificarlo. En público, la compañía mantiene que «Barcelona no tiene el nuevo coche, está pendiente de su adjudicación a una planta de la alianza Renault-Nissan». Precisamente, la posibilidad de que el coche se produzca finalmente en una planta de Renault en Francia para suavizar el plan de reestructuración ha acelerado la respuesta del Govern y los sindicatos.
El primer sindicato de Nissan, Sigen-USOC, pidió ayer, después de firmar el pacto, a CCOO y UGT que eviten los «juegos peligrosos».