Romanticismo con elegancia parisina
Romanticismo y toques afrancesados. Estas son las bazas con las que reabre sus puertas el restaurante Cafè 1907, tras una meticulosa restauración. El establecimiento ha sido catalogado en la ruta del modernismo de Barcelona, por su torreón con cúpula, las vidrieras mosaico o las molduras con anémonas en estuco.
Lo que fuera una casa de veraneo a comienzos del siglo pasado goza de una tranquila terraza con una fresca y florida pérgola, vigilada por las rejas forjadas del encantador mirador. Su chimenea, los carteles originales de algunas de las mejores películas de todos los tiempos y la música interpretada por clásicos franceses le confieren un encanto apacible.
En su cocina, Xavier Sala elabora platos de inspiración mediterránea, de tem- porada, proximidad y mayoritariamente ecológicos. El chef admite estar obsesionado con las materias primas y lo demuestra siendo el único restaurante de Barcelona que posee una taquilla en la lonja de la Barceloneta, donde su responsable elije y puja a diario por los productos del mar. Posee igualmente un huerto ecológico con tomates, coles, repollos, alcachofas, acelgas, puerros y una gran variedad de hierbas aromáticas.
Entre los platos de la carta destacan unos raviolis de pasta fresca, foie, micuit de la casa y manzana confitada a la vainilla; los canelones de rape y marisco; el pollo trufado al horno; los calçots cocidos a fuego vivo en su teja y salsa romesco; el solomillo al estilo del Café de París o la tarta tatín de frutas de temporada.