«Volveré a la alcaldía con la conciencia muy tranquila»
Tiene muchas ganas de hablar y de defender su inocencia. En esta primera entrevista, el alcalde de Sabadell, el socialista Manuel Bustos, dice tener respuesta para todas las acusaciones formuladas por los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía Anticorrupción en el marco de la Operación Mercuri. Aquí adelanta algunas.
–Se arrepiente de algo?
–No he hecho nada de lo que me tenga que arrepentir. Pero hay cosas que podría haber hecho mejor. He pecado de vehemencia y pasión en algunas llamadas telefónicas.
–Sigue acusado de varios delitos y su causa sigue secreta.
–Pronto se aclararán. El último auto del juez [que divide en 31 piezas separadas la investigación] ya aporta luz al caso y me desvincula de cualquier trama de corrupción urbanística en Sabadell. Yo no he cometido ningún delito. Todo lo que he hecho ha sido siempre con la voluntad de servir a mi ciudad.
–¿Le llaman ladrón por la calle?
–A pesar de los titulares y de que todos los medios de comunicación me han vinculado con el cobro de comisiones, en Sabadell me he sentido muy apoyado. Poca gente en mi ciudad duda de mi honradez.
–¿Ha utilizado la política o su cargo de alcalde en beneficio propio?
–Jamás. Mis hijos llevan dos años en el paro, como los hijos de muchos otros padres, y jamás he intentado colocarlos en ningún sitio.
–¿Permitió que el exconcejal del PP Jordi Soriano cobrara comisiones?
–Jamás. Si lo hubiera sabido, lo habría denunciado. A mí Soriano me engañó, como a los empresarios que pagaron a cambio de nada. Además, ni Soriano ni ningún otro político puede alterar los concursos de adjudicación de obra pública.
–¿Permitió que mercadeara con la obra pública a cambio de su apoyo en los plenos?
–No, y su apoyo político se basó en una relación lícita entre partidos.
–Está acusado de tráfico de influencias por la contratación de Carmina Llumà en el ayuntamiento de Montcada. Dijo en una conversación que Llumà estaba «en el mercado»
–Sí lo dije, porque es una persona muy cualificada que se había quedado sin trabajo y valía la pena contra- tarla en algún ayuntamiento, como cargo de confianza. No quería que se desperdiciara su valía.
–Montcada hizo un concurso para esa plaza, y una empresa eligió a otra candidata. ¿Presionó usted para que se eligiera a Llumà?
–No. Creo recordar que había fallado en un test psicotécnico. Pero siempre tuve entendido que Llumà accedía a un cargo de confianza.
–Hay conversaciones con el dirigiente del PSC Daniel Fernández en las que usted critica duramente a la alcaldesa de Montcada por su reticencia a contratar a Llumà.
–De manera vehemente, y seguramente inadecuada, me hago eco de que la alcaldesa iba a desaprovechar la valía profesional de Llumà.
–Llega a plantear a su hermano que hay que cambiar de alcaldesa...
–Es un comentario inapropiado, porque a los alcaldes lo eligen los ciudadanos, y a los candidatos, las agrupaciones locales.
–¿A usted le pierde la boca?
–A veces soy víctima de mi vehemen- cia y mi pasión por hacer las bien.
cosas
–¿Se reconoce en las transcripciones de sus conversaciones?
–En algunas, no, pero no digo que sean falsas.
–¿Para qué eran los 1.500 euros que pidió a su hermano?
–Acompañé a Carme Chacón a Andalucía en el proceso precongresual. Mi mujer pagó la cuenta, con una transferencia desde su cuenta personal. Tengo el recibo.
–En lugar de denuncar las irregularidades de Lluís Pascual Bacardit, en Aguas de Sabadell, dijo que buscaría un abogado para protegerse y que lo negaría todo. Eso es un delito.
–Fue una salida de tono para presionar y que Pascual Bacardit dejara de cobrar unas dietas exageradas mientras a los trabajadores se les congelaba el sueldo. Fue un órdago.
–¿Presionó a medio PSC para que Nicola Pedrazzoli accediera a un canal autonómico?
–Tiene que estar grabado, y espero que no haya desaparecido esa parte de las cintas, que siempre digo que lo que se haga, será dentro de la ley. A Pedrazzoli se le exigía más que al resto, y eso me parecía injusto. Por eso intenté ayudarle.
–Se le acusa de retirar multas del coche de su mujer y de uno de sus hijos. ¿Qué dice a eso?
–El día de mi hijo yo estaba en Madrid, mis hijos habían salido del hospital y se les llevó el coche la grúa. Me llamaron y le pedí al jefe de la policía de Sabadell que pagara la grúa, porque yo estaba fuera y uno de ellos acababa de salir de una sesión de quimioterapia. Le devolví el dinero después. Y la multa le llegó a su madre porque el coche está a su nombre.
–¿Y la grúa a su mujer? El jefe de la policía le dice: «Solicitamos la anulación de esta denuncia porque en la foto no se observa correctamente la señal que lo impide, ¿vale?»
–También hay una explicación. Era en la puerta del colegio. La policía lo- cal tiene instrucciones de no llevarse coches en los horarios de entrada y salida de niños. El sistema de fotos para formalizar la denuncia no funciona bien, y hay que hacer varias fotos. Cuando sale el propietario, no se llevan el coche. Por eso no se llevaron el coche de mi mujer.
-Y ahora, ¿qué?
–Eso me pregunto yo. ¿Cómo reconstruyo la confianza entre los que han dudado de mi honorabilidad? Porque tengo respuestas coherentes y certeras para todas las imputaciones que se me atribuyen.
–¿Le ha arropado su partido?
–Sí, me siento emocionado del respaldo que he tenido de mi partido, en Catalunya y en España. Y de toda la gente que se ha acercado a mi casa solo para abrazarme.
–¿Qué hará?
–De momento, escribir un libro. Lo estoy haciendo ya, estoy escribiendo sobre este episodio de mi vida. No es el más duro, porque el más duro fue cuando a mi hijo le diagnosticaron que tenía cáncer. Pero esa guerra también la vamos a ganar.
–¿Volverá a la alcaldía?
–Si. Me retiré por respeto a la ciudad, y el decreto finaliza el 7 de febrero. Volveré con normalidad absoluta y con la conciencia muy tranquila. Jamás dejaré de decir que ni yo, ni nadie de los míos, metió la mano.