Carta al PSC
Un militante que aún creyera en «los más elementales principios socialistas», como escribió ayer Joaquim Nadal, en los «valores fundacionales» del PSC, un militante que hubiera leído las declaraciones que hizo Montserrat Tura («nunca un primer secretario había roto tantos puentes construidos para integrar el pensamiento progresista y catalanista»), un militante así, pues, habría podido dirigir, tras la votación de ayer en el Parlament, la siguiente carta a la calle de Nicaragua.
«Estimado compañero Pere Navarro. Reconozco que estoy desolado ante la posición del partido en relación a la soberanía de Catalunya. En unas horas tan amargas, solo quiero imaginar qué habrían votado, en una circunstancia históri- ca como esta, personas que han ayudado a construir una ideología y un país. Pienso en ellos, en su lucha, en sus reflexiones, en su defensa de una Catalunya con derechos y dignidad. Pienso, por ejemplo, en Just Manuel Casero (que venía de Extremadura), en Rafael Campalans (que dejó el PSOE y fundó la Unió Socialista de Catalunya, antes de la guerra), en Cirici Pellicer, en Miquel Gayolà, en el encendido padre Llimona, en Oriol Martorell, en Mar
ta Mata. Recuerdo a Josep Pallach, claro, y a Serra i Moret y a
Ernest Lluch. No te pedía que votárais a favor de la independencia –de eso ya hablaremos–, pero sí a favor de la historia. Nada más. Un cordial saludo». Esto habría escrito el militante.