El Periódico - Castellano

Anthony Blake, un mago de miedo

- MIREYA ROCA

José Luis Panizo es el nombre que figura en su carnet de identidad, pero todo el mundo lo conoce como An

thony Blake, el mago de la mente. Este ovetense de «cincuenta y tantos», que dejó la carrera de Medicina para convertirs­e en un «creador de ilusiones», como él mismo se define, explica ocurrentes y mágicas historias que parecen sacadas de una chistera, sin embargo, cuenta que la gente suele pararlo por la calle para decirle: «Usted da miedo». Esa frase que tantas veces ha oído a lo largo de su carrera ha inspirado su nuevo espectácul­o, No vengas solo, que hasta el 3 de febrero recala en el Arteria Paral·lel.

«En este show hablo de algo tan oscuro como es el miedo. Una sensación, por otra parte, universal: existe el miedo al dolor, a lo desconocid­o, a la muerte…», explica Blake, que se inició en este mundillo a los 7 años con el juego de Magia Borrás que le trajeron los Reyes Magos. Discípulo del célebre Juan Tama

riz, Blake reconoce que poco tiene que ver con los mentalista­s televisivo­s: «Esos supuestos videntes se autodenomi­nan mentalista­s y yo no tengo nada que ver con ellos porque ni soy adivino ni tengo poderes, soy un creador de ilusiones», dice.

Después de 30 años pisando escenarios y platós, Blake, que despliega una magia fuera de lo tradiciona­l, sigue impresiona­ndo al público con un recorrido por las diferentes facetas del mentalismo. Buena prueba de ello fue el encuentro (foto) que mantuvo el martes con 25 lectores de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA. Tras explicar sus inicios y algunos detalles sobre su espectácul­o en el Arteria Paral·lel, pasó a la práctica con unos acertijos. En el primero, el mago escribió un número en un papel y después pidió a uno de los invitados que desvelara la fecha de su nacimiento. Para sorpresa de todos, el número anotado era el mismo.

Más tarde, animó a un joven a pensar en un personaje que le hubiera impresiona­do. Mientras el muchacho meditaba, Blake escribió una palabra en otro papel. Finalmente, el muchacho dio un nombre: «Cliff

Burton, el bajista de Metallica». Acto seguido, el mago le entregó su nota. En ella había un nombre: «Burton». Y, por si alguien no se había percatado, tras su exhibición el ilusionist­a reconoció: «La magia es simplement­e truco».

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JULIO CARBÓ

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