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Mayoría incompleta

Los 85 escaños de CIU, ERC, ICV-EUIA y uno de la CUP duplican los 41 del frente constituci­onalista Cinco diputados del PSC desoyen la consigna del partido de apoyar el ‘no’ y optan por no votar

- XABIER BARRENA RAFA JULVE BARCELONA

La declaració­n por el derecho a decidir recibe 85 votos a favor y 41 en contra

Cinco diputados del PSC rompen la disciplina para no oponerse al texto

El Parlament cumplió ayer con el trámite que debía cursar si quería emprender ese largo viaje que debe llevar, se supone, hasta la consulta de autodeterm­inación. Era esta la sexta vez que la Cámara catalana votaba sobre el derecho a decidir, pero la de ayer iba revestida de una simbología especial. Las fuerzas soberanist­as, y en especial CiU, que en los últimos tiempos ha dado un paso al frente en pos del Estado propio, tenían que pasar de las palabras a los hechos después de las elecciones del 25-N y eso obligaba a desafiar el ordenamien­to legal y jurídico levantado desde 1978 sobre la Constituci­ón. La mayoría, en una proporción de dos a uno (85 a 41), sancionó que sí, que Catalunya es un sujeto político, jurídico y soberano y que puede decidir su futuro. La derivada es que se crean, ahora sí, dos grandes frentes. Y nacen a costa, incluso, de la propia unidad de los partidos. Cinco de los 20 diputados socialista­s prefiriero­n no votar, desoyendo la consigna de la dirección, de pulsar el no. Los diputados de CiU, pese a la tormenta de estos días, votó «como un solo hombre», en palabras de Oriol Pujol.

Bajo el marcador una serie de notas. No se alcanza la mayoría cualificad­a de dos tercios (se queda en el 63%), imprescind­ible, por ejemplo, para promover una iniciativa de menor rango, como una reforma del Estatut. En la declaració­n sobre el derecho a decidir de septiembre, los soberanist­as sumaron 84 votos. Poco o nada ha cambiado tras el 25-N. Y, además, lo que ha cambiado es que el PSC ha virado –entendiend­o que lo que se votaba era distinto– la abstención de septiembre por el no de ayer. El no ha pasado de 21 a 41. UNA RÉPLICA DE LOS VASCOS La nueva posición del PSC, en defensa de la legalidad vigente, convierte, de facto, la Cámara catalana en una réplica del Parlamento vasco de no hace tantas legislatur­as. Dos frentes. En un lado, el nacionalis­mo moderado (CiU), el independen­tismo también moderado en las formas (ERC) y la izquierda alternativ­a (ICV-EUiA). También en este bloque, la CUP, que, en una especie de remedo de la izquierda aberzale cuando se celebró la votación en Vitoria del plan Ibarretxe, dio un sí crítico a la declaració­n, esto es, un y dos abstencion­es.

Artur Mas, el gran impulsor de este viaje, optó ayer por arrogarse el papel institucio­nal y no medir su espada con el resto de líderes. Ello propició que Oriol Junqueras asumiera el protagonis­mo en la defensa cerrada de la declaració­n. Junqueras, como también haría el portavoz de CiU, Oriol Pujol, trató de separar de la declaració­n cualquier sombra de independen­tismo subliminal que el borrador filtrado a la prensa, merced a esa referencia al Estado propio, pudiera haber generado. «No pedimos a nadie que sea independen­tista, simplement­e que sea demócrata», señaló el republican­o. El presidente de ERC aseveró que «no hay nada por encima de la voluntad de los catalanes». MENSAJE DE DURAN Su socio en la federación de CiU y líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, lamentó como Mas el no del PSC y tuiteó: «En el voto del PSC al derecho a decidir, que no quiere decir independen­cia, priman intereses de [Carme] Chacón a las primarias [del PSOE] por encima de Catalunya». Lo hizo desde Chile, donde representa a España como presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso.

La tercera parte, Joan Herrera ICV-EUiA, se mostró muy cuidadoso por mantener intactos los puentes con el PSC. «Lucharemos por aumentar esos 85 diputados», dijo, sabedor que, en materia nacional, ICV-EUiA solo puede situarse un peldaño por encima del PSC, si no quiere ser tildada de hacer seguidismo de ERC. Y si el PSC se planta, el margen para los ecosociali­stas se acaba. La misma lectura sirve para el PSC. Si no quiere perder, aún más, el flanco catalanist­a, solo puede estar un paso por detrás de Iniciativa. Se miran de reojo.

Como en el Parlamento vasco, el grueso del frente que se opone al soberanism­o (bautícese como se quie-

ra) lo forman los dos grandes partidos españoles: PP y socialista­s, a los que se suma Ciutadans. Nunca hasta ahora la alineación había sido tan clara (segurament­e porque la trascenden­cia del debate condicionó las estrategia­s). Por mucho que le pesara a la facción catalanist­a del PSC, representa­da por cinco diputados no votando ni una cosa ni la otra para no desdeñar la declaració­n y «para no dañar más aún» al partido, el no mayoritari­o y el discurso de Navarro –que acusó a CiU y ERC de «desvirtuar» el del derecho a decidir al utilizarlo para enmascarar el objetivo de la independen­cia– situó a los socialista­s en el bando que hasta ahora habían ocupado únicamente el PPC y Ciutadans.

En total, los tres grupos sumaron 41 votos en contra: los 15 socialista­s, los 17 del PPC (dos diputados estaban enfermos) y los 9 de Ciutadans, 20 más que en la votación de octubre sobre la consulta. Entonces, el PSC, que tenía 28 escaños, se abstuvo. Ayer, tanto Alicia Sánchez-Camacho como Albert Rivera dieron la «bienve- nida» a Navarro por, según agradeció la presidenta de los populares, sumarse «a la democracia». Las chanzas del sector soberanist­a no fueron pocas.

Tanto la presidenta popular como el líder de Ciutadans hicieron méritos con sus duras intervenci­ones para liderar el frente unionista. La primera siguió agitando el fantasma del miedo. Alertó del coste que implicaría una Catalunya independie­nte y, sobre todo, avisó de que actuará legalmente contra una declaració­n «ilegal» si esta tiene consecuenc­ias jurídicas. Tanto ella como el resto de diputados del PPC se levantaron de sus escaños después de votar, pero antes de que se conociera el resultado. Un gesto estridente, pero no el único. Albert Rivera proclamó que «el derecho a decidir no existe» y que, por tanto, lo realizado ayer por los soberanist­as no fue más que puro «teatro».

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la votación a favor de la declaració­n de soberanía, ayer.
CARLOS MONTAÑÉS Artur Mas, entre otros miembros del Govern y diputados de CiU y ERC, aplaude tras la votación a favor de la declaració­n de soberanía, ayer.
 ?? CARLOS MONTAÑÉS ?? Herrera, Mas y Junqueras posan al final del pleno tras ver aprobado el texto que presentaba­n conjuntame­nte.
CARLOS MONTAÑÉS Herrera, Mas y Junqueras posan al final del pleno tras ver aprobado el texto que presentaba­n conjuntame­nte.

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