El ‘superhidroavión’ busca a la desesperada un piloto acreditado
La empresa Inaer ofrece 10.000 € al mes, casa y coche a miembros del Ejército Los militares que tenían el aparato son los únicos que pueden operarlo
La chocante decisión de adjudicar sin concurso y a toda prisa a una empresa privada un superhidroavión que ya estaba en manos del Ejército del Aire sigue creando complicaciones al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. A las puertas de la campaña veraniega contra incendios el aparato aún no puede despegar. La adjudicataria, la sociedad de trabajos aéreos Inaer, no ha conseguido aún contratar a ninguno de los pilotos militares a los que ha tentado, ante lo cual ha subido la puja y les ofrece unas condiciones de ensueño: sueldos mensuales de 10.000 euros, casa por tres meses y un vehículo para su uso exclusivo. Algunos se lo están pensando.
Los únicos pilotos homologados para llevar el modelo Canadair 415 en España son los militares adscritos al Grupo 43 del Ejército del Aire. Son precisamente los que iban a llevarlo hasta que el exministro y hoy eurodiputado Miguel Arias Cañete decidió dar marchas atrás y apostar la empresa privada. Cuando tomó esta opción nadie debió advertirle que el hidroavión es uno de los más sofisticados tecnológicamente hablando y que la tarea de apagar incendios es mucho más compleja que volar entre aeropuertos. MANIOBRA DELICADA El Canadair 415 es el único aeroplano diseñado específicamente para la lucha contra los incendios forestales y en una maniobra que no está al alcance de cualquiera puede recoger más seis toneladas de agua en tan solo 12 segundos mientras se desliza sobre la superficie a 60 o 70 nudos de velocidad. La operación de soltar el agua mezclada con líquidos ignífugos especiales sobre el punto adecuado del fuego y sin correr riesgos innecesarios requiere también muchos vuelos de instrucción, como los que ya habían llevado a cabo los pilotos adscritos al Grupo 43.
La puja alocada de condiciones salariales emprendida por la empresa contrasta con el argumento esgrimido el pasado martes por la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, cuando fue interpelada en el Congreso por los diputados de la oposición. El Ministerio de Defensa ofrecía menos «garantías» y un precio más alto para operar el avión que la empresa privada, aseguró, pero ni ella ni sus portavoces facilitaron las cifras ni aclararon en que consistían esas garantías.
¿Cómo puede una empresa que ofrece esos sueldazos competir en precio con el Ejército? ¿Habrá renegociación del contrato con los sobrecostes habituales en las obras públicas? Son preguntas que deberá responder el Gobierno si al final Inaer logra que el aparato despegue. TRASLADO DE AERÓDROMO El Canadair 415 estuvo guardado en un hangar de la base aérea de Torrejón desde que llegó el año pasado pero a mediados de esta semana el Ejército recibió la orden de trasladarlo al aeródromo de Matacán (Salamanca), base de operaciones de Inaer. Los pilotos del Grupo 43 lo dejarón allí con los depósitos hasta arriba. El hidroavión sigue matriculado para ser llevado exclusivamente por pilotos de Defensa y mantenía pintados los logotipos del Grupo 43 por lo menos hasta que partió de Torrejón.