El piano a cuatro manos

Artículo 383. La semana pasada escribí el artículo en Barcelona el viernes, lo iba a mandar el sábado a la redacción de EL PERIÓDICO desde Cesena (Italia). Pero de repente el artículo desapareció del correo electrónico... Tuve que reescribirlo a todo correr en una tienda italiana de instrumentos musicales donde me prestaron ordenador.

Y mientras reescribía el artículo intentado recordar cada palabra, el hombre de la tienda se puso a tocar el piano a mi ritmo... Cada tecla del ordenador que yo pulsaba, él tocaba una nota... Si iba rápido, el se aceleraba... Era mágica esa sensación...

Damien Rice ralentiza cada tema hasta hacer que te palpite el corazón y esófago

Pero lo increíble no fue eso, lo realmente brutal fue... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer puesto. Masterchef (TVE-1). A cada programa nuevo, mejor refinan la ternura y el dolor en este magnífico concurso. Me parece soberbia la realización de esta serie culinaria.

Segundo lugar. Live from the union chapel, de Damien Rice. El músico irlandés ralentiza cada tema del álbum hasta conseguir que te palpite el corazón y el esófago al unísono. Simplemente brutal.

Primera posición. Defensa ( Deliverance), de John Boorman. La edición en alta definición de esta joya del cine te demuestra que sigue siendo una de las 10 mejores películas de la historia. Rebosa verdad, dolor y energía.

Y lo más genial ocurrió cuando envié el artículo... Ya marchaba de la tienda cuando el dueño me contó una historia...

La historia de un hombre y una mujer de casi 90 años que vivían en Cesena... Cada tarde iban a tocar un rato el piano... Competían por ver quién conseguía sentarse primero frente al instrumento y por ver quién reunía más público escuchando... Me contó que durante todo el año tuvieron unas trifulcas épicas para conseguir el trono del piano, pero que a final del año algo extraño pasó: se enamoraron y se casaron, cuando en realidad los dos habían pasado toda su vida solos sin pareja.... Ahora, me contó, van igualmente cada tarde a la tienda, pero tocan el piano a cuatro manos...

Que curiosa es la vida, entré porque había perdido un artículo y salí con otro... ¡Feliz domingo!