El intrusismo no justifica la violencia
Antes que nada, quiero dejar bien clara mi condición de votante de izquierdas y, por encima de todo, mi absoluta condena a cualquier forma de violencia. Y tras los hechos acontecidos en la huelga de taxistas del miércoles, me reafirmo todavía más en mis convicciones. Se había convocado una jornada de huelga del sector del taxi en protesta por la reciente aparición de unas aplicaciones para teléfonos inteligentes que permiten a los usuarios ponerse en contacto con conductores para viajar en coche abonando una canti- dad estipulada. En una palabra, los mismos servicios que ofrecen los taxis pero sin que el prestatario disponga de la formación, la licencia y/o el seguro correspondientes. Es decir, se protestaba contra un flagrante caso de intrusismo profesional. Pero lo que creo absolutamente lamentable es la violencia que sufrió un compañero taxista que tuvo que ver como otros taxistas (en este caso me resisto a considerarlos compañeros) le reventaron el coche. Nos han hecho falta un montón de años, de lucha y de sacrificios para que se nos reconozca el derecho de huelga. ¿Cuántos años más serán necesarios para que se nos reconozca el derecho a no hacerla sin que haya que temer por la integridad física? En plena era de la información ¿por qué siguen existiendo los piquetes informativos? Si en lugar de ser una huelga se tratase de un proceso electoral, ¿se aceptaría la existencia de piquetes que forzasen a tomar partido por una u otra opción? Veo que el mundo ha evolucionado, pero también que hay algunas actitudes que en lugar de progresar han permanecido ancladas en el pasado.