Honda Civic Tourer
Prueba a fondo del nuevo concepto familiar de la marca japonesa en Europa.
Entre toda la variada oferta de modelos que hay en nuestro mercado, los familiares nunca han terminado de tener una acogida tan favorable como en otros mercados europeos. Quizá por ello, tampoco han proliferado mucho los modelos en este segmento. Sin embargo, las cosas están cambiando y aunque sea poco a poco, la oferta de familiares se va ampliando y son ya bastantes las marcas que contemplan como mínimo una variante de este tipo en su gama.
Un claro exponente de lo expuesto es el de Honda. Hace poco más de una década tuvo en su gama un Civic familiar (Aero deck) pero dejó de comercializarse. Ahora, la marca nipona vuelve a la carga con el Civic Tourer, una propuesta más que interesante y con la que se convierte en un duro rival para la competencia porque ofrece un gran maletero, modularidad interna y como remate a la oferta, un motor diésel que junto a unas buenas prestaciones se distingue por unos consumos muy ajustados, factores que prevalecen en la compra de un coche de estas características. La versión probada es el acabado Lifestyle con el Pack 1 que lleva toda una serie de ayudas al conductor. Esto incrementa algo el precio final pero considerando que la marca aplica un descuento promocional de 2.300 euros sobre el que damos nosotros, al final esta versión sale por un precio más ajustado e interesante considerando el equipamiento que lleva.
TRUCOS PRÁCTICOS Estéticamente no hay cambios respecto a la versión berlina, salvo en la parte trasera, que se beneficia de un incremento del voladizo de casi 24 centímetros, lo que beneficia de lleno al maletero. Con la misma distancia entre ejes, el espacio interior es también el mismo.
Las plazas traseras disponen tanto de espacio longitudinal para las piernas como de una buena anchura que admite la presencia de tres adultos, entre otras cosas porque el piso es prácticamente plano. De todas maneras, lo más relevalente es la posibilidad de replegar los asientos como las butacas de un cine o teatro de tal manera que el hueco que se genera permite transportar objetos de hasta 1,20 metros de alto, lo que en ocasiones es muy práctico.
Por lo que respecta al maletero, con una boca de carga muy accesible y un portón de una sola pieza, sus formas internas son muy regulares lo que permite aprovechar el espacio y ofrecer una gran capacidad que, por otra parte, se amplia con un hueco debajo del piso lo suficientemente grande como para que quepan un par maletas pequeñas. En definitiva, máxima capacidad en un familiar; eso sí, no hay espacio para la rueda de repuesto y hay que recurrir al poco práctico kit antipinchazos.
Por lo demás, en las plazas delanteras los asientos son amplios y cómodos, con una buena sujeción lateral. La posición de conducción es buena así como la visibilidad en todos los ángulos. Si algo se le puede criticar al Civic Tourer (lo mismo que la berlina y en una opinión muy personal), es la distribución de la información en dos cuadros diferentes así como un volante de aro excesivamente grueso.
MOTOR REDONDO Honda ha tardado en ofertar motores diésel. El 2.2 iDTEC de 140 apareció en el 2002 y no ha sido hasta 2013 que lanzó el 1.6 iDTEC de 120 CV. Se toman las cosas con calma pero es cierto que lo que hacen, lo hacen a conciencia.
Y este es el caso del 1.6 i-DTEC que lleva este Civic Tourer. Es un motor moderno, de aluminio y muy ligero que ofrece una excelente respuesta desde pocas revoluciones. La entrada en acción del turbo a partir de las de 2.000 vueltas es suave y progresiva de modo que no hay reacciones bruscas pero sí un mayor empuje. Su elasticidad permite rodar a muy buena velocidad de crucero con solo una pizca de presión sobre el acelerador y con un nivel acústico muy bueno y sin vibraciones.
Además de prestaciones también hay buena capacidad de recuperación. La caja de cambios, manual de seis marchas, es de funcionamien-
to muy preciso. En cuanto a consumos, las cifras homologadas son muy bajas y en la realidad no se consiguen pero no es difícil situarse por debajo de los cinco litros (4,9 en nuestro recorrido) lo que autoriza una elevada autonomía de marcha. El sistema de para da arranque automático y el programa Eco Assist, ayudan a estas bajas cifras.
DINÁMICO Pese al incremento de peso que registra la parte trasera del coche, las suspensiones mantienen el mismo esquema que la versión berlina, con un excelente comportamiento que permiten un paso por curva a buen ritmo sin oscilaciones de carrocería y absorbiendo bien las irregularidades. Dinamicamente el coche tiene una buena actitud en todo momento y se le nota bien asentado sobre el asfalto.
La dirección ofrece un tacto muy preciso y además es muy directa lo que es de agradecer en terreno virado. En cuanto a los frenos, trabajan bien en todo momento y el pedal, con un tacto progresivo, se muestra resistente a la fatiga por abuso.