Farmacia corrupta en Reus
Detenidos un boticario y su hermano por estafar casi 600.000 euros al CatSalut dando pastillas caducadas a ancianos de geriátricos Falsificaban recetas y la firma del médico
El volumen de medicinas que consumen los pacientes de un geriátrico es tan elevado que, a menudo, los centros más modestos piden ayuda a las farmacias. Esta tarea es importante para los ancianos pero, si se hace honradamente, no da mucho dinero al farmacéutico. Este no ha sido el caso de un boticario de Reus, que lo ha convertido en un negocio lucrativo precisamente porque lo ha ejercido sin ningún escrúpulo. Los Mossos lo detuvieron, junto a su hermano, por estafar 564.000 euros a la Generalitat y por dar pastillas caducadas a sus pacientes.
Los Mossos aceleraron
Los boticarios que preparan los blísters de las SPD deben manipular las pastillas en un espacio acondicionado para cerciorarse de que durante el trasvase de la caja del producto al blíster no se perderán las propiedades del medicamento. El Servei Català de la Salut (CatSalut), a través de sus inspectores, sigue de cerca los puntos homologados. Huelga decir que los medicamentos que componen el blíster deben ser aquellos recetados por los médicos.
El farmacéutico de Reus (43 años) y su hermano (34 años) lo hacían todo mal. Y no por falta de atención. Sino porque ellos vieron en esta tarea una vía para enriquecerse a costa del erario público y de la salud de los inquilinos de varias residencias para la tercera edad de Catalunya.
Local clandestino
El farmacéutico y su hermano, usando recetas de un médico que visitaba en una residencia de ancianos, montaron la estafa en un local clandestino de Esplugues de Llobregat. Hasta allí, fuera del radar de los inspectores del Servei Català de Salut, traían medicamentos caducados. Posiblemente los conseguían en su negocio de Reus, o directamente del sigre, un depósito para productos con la fecha de consumo vencida presente en todas las farmacias.
A continuación, metían en el blíster de los ancianos las pastillas caducadas y enviaban la receta con el cupón –de la caja caducada– al CatSa-