¿Has bebido? No pasa nada
Los expertos coinciden en que es imprescindible acabar con la excesiva tolerancia de los padres hacia el consumo de alcohol por parte de sus hijos Avalan las sanciones para conseguirlo
Aunque pueda haber sorprendido, la idea de multar también a los padres de los hijos que sean pillados bebiendo alcohol en la calle o en un botellón cuenta con el apoyo de buena parte de los psiquiatras, médicos y especialistas en menores que han intervenido en la elaboración del informe parlamentario que servirá de base para la nueva ley de menores sin alcohol. Incluso los detractores de la medida coinciden en una cosa: hay que implicar a los padres en esta grave problemática porque la gran mayoría viven de espaldas a la misma.
«No es por recaudar ni por nada parecido. La sanción a los progenitores debería tener sobre todo una finalidad pedagógica, para que tengan conciencia de que este no es un tema baladí, que ellos también son responsables», argumenta Javier Urra, el primer defensor del menor que tuvo la Comunidad de Madrid.
No se trataría de hacerlo a la primera. «Si el hijo bebe reiteradamente sin que los padres pongan límites es cuando habría que intervenir», añade Urra, que recuerda cómo en el informe parlamentario se apunta que la multa económica se podría eludir si se acude a un programa de reeducación. Si esto no diera el resultado esperado y el menor quedara en situación de riesgo es cuando debería intervenir los organimos de protección de menores para retirar la custodia.
Joan Ramón Villalbí, director de Calidad y Procesos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, comparte la necesidad de implicar a los padres pero cree que no sería necesario llegar al extremo de multarles porque «al fin y al cabo si se multa al menor, los responsables de pagar esta sanción son siempre los tutores legales, es decir los mismos padres». En este sentido opina que será muy útil el veto de beber en la calle que prevé el informe. «En el caso de los porros ha sido muy positivo porque ha permitido intervenir con programas de reeducación dirigidos a los menores multados por fumar en calle y a sus padres».
No hay muchos estudios sobre cómo las familias abordan las borracheras de los adolescentes. El más reciente data del 2012 Es de la Fundación Pfizer. Revela que casi la mitad de los padres (44%), desconocen que sus hijos beben. Y de los que son conscientes de ello, la mayoría lo toleran sin problemas. El 55,4% de los adolescentes aseguraba que era la madre la que les deja hacerlo, y el 52,4%, el padre. Según el estudio, la media de edad a la que se iniciaban los jóvenes en el consumo de alcohol es de 13,7 años, mientras los padres pensaban que sus hijos comienzan a hacerlo a los 15. No se enteraban, de media, hasta un año y medio después. Son datos muy parecidos a los pocos que en este sentido facilita la encuesta del Plan nacional sobre Drogas.
La jurisprudencia
Responsabilizar a los padres de la conducta de sus hijos no es que sea una extravagancia legal. Félix Pantoja, fiscal del Tribunal Supremo y exfiscal de menores en el Tribunal Superior de Madrid, recordó ante los parlamentarios «la relevante jurisprudencia del Tribunal Supremo acerca de la responsabilidad de padres, madres y tutores sobre actos de los menores». Si un menor rompe un escaparate, señala el fiscal, «el responsable civil de hacer frente a la indemnización correspondiente es el padre».
Casi la mitad de
los progenitores no conocen que sus hijos consumen bebidas alcohólicas